Pekín(Reuters).- China recibió el domingo el apoyo crucial del Fondo Monetario Internacional y del Banco Asiático de Desarrollo a su objetivo de establecer un nuevo prestamista global, consolidando el extendido respaldo a un proyecto que ha suscitado inquietud en Estados Unidos.

Líderes del FMI y del ADB dijeron en una conferencia en Pekín que mantenían negociaciones o estaban dispuestos a cooperar con la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglés), un prestamista de US$ 50,000 millones que estaría financiado mayormente por China.

La iniciativa es vista como rival a las instituciones financieras internacionales que existen en la actualidad.

Estados Unidos, preocupado por la creciente influencia diplomática de China, ha instado a los países a pensarlo dos veces antes de prestar su respaldo y a cuestionarse si el AIIB contará con los estándares requeridos de gobernanza y si cumplirá con normas sociales y ambientales.

Unos 27 países ya han dicho que participarán en AIIB, dijo el sábado el ministro de Finanzas chino, Lou Jiwei, a una radio local. La nueva entidad proveerá préstamos a países en desarrollo y se prevé que inicie operaciones a fines de 2015.

Aliados estratégicos de Estados Unidos en la región, Australia, Japón y Corea del Sur, también están considerando sumarse a la propuesta del nuevo banco liderado por Pekín.

La oposición inicial al AIIB por parte de naciones occidentales se disolvió parcialmente cuando Gran Bretaña dijo a inicios de este mes que se sumaría al proyecto, al que se unieron más tarde Francia, Alemania e Italia.

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo el domingo que el fondo estaría "encantado" de cooperar con el AIIB.

El tanto, el ministro chino Lou y el presidente del ADB, Takehiko, dijeron en una conferencia que discutieron una posible cooperación. El funcionario chino agregó que entre los temas conversados estuvieron los estándares de salvaguarda de las instituciones.

Lou ha dicho previamente que el AIIB no buscaría competir sino complementar los recursos financieros provistos por otras instituciones como el ADB, el prestamista internacional con sede en Manila dominado por Japón y Estados Unidos.