Fitch Ratings bajó a negativo (desde estable) la perspectiva de las Calificaciones de Incumplimiento de Emisor (IDR, por sus siglas en inglés) en moneda local y extranjera a largo plazo de la Municipalidad Metropolitana de Lima y del Seguro Social de Salud del Perú (EsSalud).
El cambio en la perspectiva del municipio capitalino y EsSalud sigue a la revisión de Fitch, del 20 de octubre último, de la perspectiva de calificación de Perú a negativa desde estable.
Además, Fitch afirmó las calificaciones en moneda local y extranjera a largo plazo de ‘BBB’ para ambas entidades. Según indica la calificadora, las IDR de la Municipalidad de Lima están limitadas por la calificación soberana, pues una entidad subnacional en Perú no puede ser calificada por encima (del país). Del mismo modo, Fitch considera que la calificación de EsSalud está restringida por las calificaciones de Perú.
Juan Jose Marthans, director del área académica de Economía del PAD de la Universidad de Piura, señaló que el cambio de perspectivas se justifica en esas instituciones por el nivel de gobernanza que exponen.
“La calidad de gobernanza de las instituciones del sector público, sea Petroperú o EsSalud, es incipiente, y se ha acentuado con la nueva administración que define cabezas (de las entidades) por motivos político y no técnicos, lo cual deteriora o va en contra de su posición económica y financiera. Es algo que posiblemente preocupe a las calificadoras de riesgo. La peor visión también podría ser un reflejo del lastre que significa la esfera política para las posibilidades económicas del país”, indicó.
El economista Pablo Secada, señaló que las calificaciones crediticias de entidades como EsSalud serían peores, si no tuviesen el respaldo del Estado.
“Fitch ha identificado que podría reducir la calificación de crédito la municipalidad y de EsSalud en los siguientes meses, pese a que el Gobierno ha salvado a Petroperú (en referencia a los préstamos de US$ 750 millones y aporte de capital de US$ 1,000 millones por parte del MEF). Entonces es posible que la acción de la calificadora hubiese sido peor”, afirmó.
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¿Qué pueden hacer la Municipalidad de Lima y Essalud?
Secada y Marthans señalaron que las condiciones crediticias de la Municipalidad de Lima, al igual que de EsSalud y las demás entidades públicas y privadas, están sujetas a lo que suceda con la calificación de la deuda del Estado.
Marthans explicó que sería ideal que el alcalde electo, Rafael López Aliaga, pueda promover un marco de consensos con el gobierno nacional, en línea con una mejor promoción de la municipalidad hacia las calificadoras.
“Lo recomendable es que López Aliaga busque un plan de corto y mediano plazo para cambiar esta perspectiva negativa que hay sobre la municipalidad. Por otro lado, si bien el alcalde electo expresa su sentir sobre el desgobierno actual, debe saber separar el frente político y técnico para efectos de que no haya una suerte de obstáculo del gobierno central a la necesidad de abrir puertas con organismos financieros multilaterales y cambiar la imagen de la municipalidad frente a las calificadoras”, enfatizó.
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Secada mencionó que la visión de Fitch podría recuperarse a estable a través de un plan del municipio que atraiga la inversión privada, para mejorar su perspectiva de ingresos.
“Además de mejorar la evaluación de planes de gasto, una salida para la municipalidad sería promover inversión en Lima a través de compra de predios y edificaciones en el marco de la Ley de Desarrollo Urbano Sostenible. Si se promueve inversión inmobiliaria, en los siguientes años el impuesto predial subirá. En el caso de EsSalud, sería adecuado anunciar un programa de incentivos para captar a aquellos trabajadores que no están en planilla. Asimismo, también se tiene que priorizar la calidad del gasto, quizá a través de proyectos de infraestructura más pequeños o recurrir más a inversión público - privada”, indicó.
Sobre la rebaja de perspectiva a Perú
La perspectiva negativa de Perú es explicada por un deterioro en la estabilidad política y efectividad del gobierno, lo que ha aumentado los riesgos a la baja para las calificaciones del país.
Fitch espera que el debilitamiento de las instituciones de gobierno político de Perú sea difícil de revertir durante el período de pronóstico, que finaliza en el 2024.
La calificadora cree que las perspectivas económicas y de inversión debilitadas de Perú, si se mantienen durante 2023-2024 como se espera, podrían socavar la trayectoria macro y fiscal del país en relación con sus pares ‘BBB’.