Para la calificadora de riesgo Fitch Ratings, si bien la economía peruana todavía presenta fortalezas por el lado fiscal, “la incertidumbre política podría tener un impacto en el crecimiento”. Así lo expresó Richard Francis, codirector de calificaciones soberanas para las Américas de Fitch Ratings en el evento Fitch on Perú.
Al ser consultado sobre el clima de incertidumbre política en el que se encuentra el país, Francis destacó la importancia de la gobernanza para la calificación soberana de Perú.
“Gobernanza y el lado político son factores clave para la clasificación. Hemos visto mucha incertidumbre. En el 2021 fue un factor bien importante para la perspectiva negativa. Cambiamos en octubre del año pasado porque pensamos que el conflicto entre Congreso y el presidente no podría durar mucho tiempo sin dañar la economía y ya hemos visto lo que pasó en diciembre y enero. Claro que eso es un motivo, la inversión ha caído y continúa cayendo. Pensamos que hace 10 años el lado político no tenía un impacto en el crecimiento, pero ahora hemos cambiado nuestra perspectiva en este sentido. La incertidumbre política podría tener un impacto sobre el crecimiento”, señaló.
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Perú consiguió la clasificación ‘BBB+’ con perspectiva estable en octubre del 2013. En el contexto de la pandemia del covid-19, en diciembre del 2020, se cambió a perspectiva negativa. En octubre del 2021, sufrió un downgrade a ‘BBB’ con perspectiva estable. Un año más tarde, Fitch cambió la perspectiva a negativa, nivel en el que se han ratificado hace pocas semanas.
“La perspectiva negativa refleja altos y continuos niveles de incertidumbre política, así como un mayor deterioro en la gobernanza que han mermado la inversión privada y están afectando las perspectivas de crecimiento económico. El trasfondo político podría dañar el potencial de crecimiento a mediano plazo y conducir a un cambio hacia una política fiscal más expansiva para apoyar la economía y abordar el descontento social, potencialmente afectando la trayectoria fiscal en relación a otros países con clasificación ‘BBB’”, señala la calificadora.
Convergencia fiscal
Tras ser consultado sobre los factores que tendrían que cambiar para que la economía peruana recobre la perspectiva estable, Francis destacó que Perú todavía tiene fortalezas fiscales, como un ratio de deuda pública como porcentaje del PBI por debajo de la media de los países con clasificación ‘BBB’ y un déficit fiscal por debajo del 3%. “Si el crecimiento económico se ubica sobre su potencial, por ejemplo 3%, y vemos un poco más de estabilidad política, podríamos cambiar la perspectiva a estable”, señaló.
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Actualmente, el déficit fiscal a doce meses se sitúa en 2.8%, por encima del “tope” de 2.4% establecido para el 2023. Pero, diversos analistas esperan que no se cumpla con la regla fiscal en el 2023 y 2024, en el contexto de mayor presión de gasto público para lidiar con el impacto del fenómeno de El Niño.
Fitch estima que el déficit fiscal de este año se sitúe en 2.6%, algo “entendible” en el contexto de la emergencia climática. Sin embargo, “si vemos déficits fiscales que van incrementando, no solo para el 2024, sino al 2025 o 2026, eso puede tener un impacto negativo en la calificación”, alertó Francis.
Para Hugo Perea, economista jefe de BBVA Research, lo importante es qué señales se dan hacia adelante, es decir, si es que habrá un esfuerzo serio de consolidación fiscal de parte del Gobierno. “Dados nuestros estimados de tasa de interés real y perspectivas de crecimiento, un déficit de alrededor de 1.5% estabilizaría la deuda a un nivel entre 35% y 40%. La idea es evitar que siga en una trayectoria ascendente. Se puede reducir el déficit 0.3 puntos porcentuales por año, o medio punto y se podría estabilizar la deuda. Las calificadoras ven eso, que se pueda gestionar”, señala.
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Francis mencionó también que cuando Fitch plantea una perspectiva negativa, normalmente buscan tomar una decisión sobre un cambio en la calificación en un máximo de dos años. “Podemos continuar a tres años. Tuvimos una perspectiva negativa por tres años con Uruguay, por ejemplo. Podemos esperar un poco. En el caso de Perú ya tenemos un año, si esperamos tres años llegaríamos a 2025 y todavía tenemos elecciones en el 2026. Vamos a querer resolver la perspectiva el año que viene”, señaló.
¿Estable o negativo?
En suma, Francis precisó que tendrían que cambiar tres factores para que la perspectiva de la economía peruana pase de negativa a estable: menor incertidumbre política, déficit fiscal estable y tasas de crecimiento económico entre 2.5% y 3%.
Para Alfredo Thorne, exministro de Economía y Finanzas y director de Thorne & Associates, de los tres factores, el más complejo es la incertidumbre política. “Veremos a la economía creciendo por encima del 2% a finales del segundo trimestre del 2024. Además, si hay un factor que juega a favor es que nuestras finanzas públicas son bastante buenas. Donde definitivamente no calificamos es en el tema de incertidumbre política, ahí ciertamente reprobamos y ahora más que nunca. No hay nada que a mí me haga pensar que hacia el 2026 tendremos mayor estabilidad. El riesgo de una reducción en la calificación a ese año no es bajo, diría que 50%, inclusive un poco más”, precisó.
Francis agregó: “Si vemos crecimiento todavía muy por debajo de 3% en el 2025, o un déficit fiscal por encima de 3%, o mucha incertidumbre política, eso sería negativo. Pero vamos a esperar al menos un año para ver si estos factores son transitorios o son más del mediano plazo”.
Bachiller en Economía y Negocios Internacionales de la Universidad ESAN y especialista en Sostenibilidad por la Pacífico Business School. Fue analista de Sectores y Empresas y del Content Lab de Semana Económica. Actualmente es redactora senior de economía en Gestión.