Fitch espera que se requiera un ajuste fiscal, muy probablemente a través de reformas de recaudación de impuestos, durante el 2021-2022 para respaldar la senda de reducción del déficit presupuestario.
Fitch espera que se requiera un ajuste fiscal, muy probablemente a través de reformas de recaudación de impuestos, durante el 2021-2022 para respaldar la senda de reducción del déficit presupuestario.

La destitución del ex presidente del Perú, Martín Vizcarra, subraya los persistentes desafíos de gobernabilidad del país sudamericano, dice Fitch Ratings en una nota de análisis.

Si la política sigue siendo conflictiva después de las elecciones del próximo año, esto puede obstaculizar los esfuerzos de reducción del déficit en caso el gobierno no pueda legislar para aumentar los impuestos y resistir las presiones de gasto de un Congreso fragmentado. Los persistentes desafíos de gobernabilidad y la percepción del debilitamiento de las instituciones también podrían debilitar la recuperación económica del 2021.

El Congreso destituyó a Vizcarra el 9 de noviembre con 105 de 130 votos elegibles por presunta corrupción durante su periodo como gobernador de Moquegua del 2011 al 2014.

Manuel Merino, presidente del Congreso y miembro de Acción Popular, uno de los dos partidos que encabezaron las mociones de vacancia, se desempeñará como presidente interino hasta el 28 de julio del 2021. Las elecciones presidenciales y legislativas están previstas para el 11 de abril del 2021. Un intento previo de juicio político a Vizcarra el 18 de setiembre fracasó, con sólo 32 votos a favor.

Una transición sin contratiempos a Merino puede reducir la incertidumbre política inmediata, pero la naturaleza fragmentada del Congreso, donde Acción Popular es el bloque más grande con 24 de 130 escaños, pesará en la formulación de políticas efectivas.

La inestabilidad ha caracterizado a la política peruana desde el 2016; el Congreso y la presidencia se enfrentaron el año pasado por las reformas institucionales propuestas y el nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional. Pero la inestabilidad del gabinete y las amenazas de juicio político parecen ser la nueva norma política, aumentando los desafíos de gobernabilidad.

No esperamos que los desafíos a la gobernabilidad disminuyan si las elecciones de abril generan otro Congreso fragmentado con representación limitada del partido presidencial”, explicó Fitch.

Más allá del tema de la cohesión de los partidos políticos, las restricciones relacionadas con la pandemia para los viajes y reuniones políticas, y las reglas estrictas de financiamiento de campañas, pueden dificultar que los partidos obtengan apoyo en todo el país”, agregó.

La gobernabilidad es importante para el perfil crediticio soberano del Perú a medida que la economía se debilita y la deuda aumenta. La contracción económica del Perú estará entre las más grandes de América Latina, reflejando en parte su estricto confinamiento.

Esto, junto con el aumento del desempleo, reducirá la clase media y aumentará la pobreza. “Proyectamos grandes déficits gubernamentales de 10%, 5% y 4% del PBI en el 2020, 2021 y 2022, respectivamente. Estos mantendrán la presión al alza sobre la deuda. Prevemos que la deuda / PBI aumente al 35% en el 2020 y al 39% en el 2022, desde el 27% del año pasado”.

Los riesgos fiscales han aumentado durante la pandemia. Múltiples iniciativas del Congreso, como retiros anticipados de fondos públicos de pensiones y eliminación de restricciones presupuestarias en la negociación colectiva, podrían aumentar las presiones de deuda con el tiempo, si se implementan.

Una segunda ronda de retiros de fondos de pensiones privados podría aumentar los desafíos a largo plazo para el sistema. Mientras tanto, como señalamos en nuestra revisión de la calificación de junio, se espera que el gobierno agote el fondo de estabilización y otros depósitos para abordar la crisis de salud”, explicó Fitch.

En agosto, el gobierno presentó un presupuesto a mediano plazo que prevé una lenta reducción del déficit.

Fitch espera que se requiera un ajuste fiscal, muy probablemente a través de reformas de recaudación de impuestos, durante el 2021-2022 para respaldar la senda de reducción del déficit presupuestario.

Sin embargo, la política arriesgada recurrente durante el próximo mandato de gobierno podría socavar las perspectivas, y la débil red de seguridad social del Perú significa que puede haber presiones de gasto adicionales para apoyar a los hogares afectados por la pandemia.

Fitch redujo la calificación de incumplimiento de emisor (IDR) en moneda local a largo plazo (LT) del Perú a ‘BBB +’ en junio, alineándola con la IDR en moneda extranjera de LT. El moderado deterioro del balance público del Perú, en comparación con un sólido balance externo, incluido el esperado agotamiento de los activos públicos líquidos y la perspectiva de un mayor uso del financiamiento de deuda durante el 2021-2022, impulsó esta rebaja.

Se prevé que la deuda pública / PBI del Perú se mantenga por debajo de la mediana de la categoría ‘BBB’ (53% del PBI a fines del 2020) en el 2020-2022. Otros factores clave, incluida la tasa de crecimiento promedio de cinco años prepandémica, el ingreso per cápita, los indicadores de desarrollo humano y los indicadores de gobernanza (clasificación del percentil 48 frente al 58 para la mediana ‘BBB’), son más débiles que las medianas de la categoría ‘BBB’.