Las fintech en Perú reportan un avance vertiginoso desde el 2014. Según el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), ente supervisor de la competencia, han crecido a un ritmo de 15% anual desde entonces.
En 2014 eran 50; hoy, según la Asociación Fintech del Perú, son más de 200. “Hay más de 10 tipos de verticales (categorías de fintech). Las escogidas por Indecopi son las que más desarrollo evidencian”, refiere Roberto Vargas, presidente del gremio, a Gestión.
Indecopi analizó la competencia entre el sistema financiero tradicional y las fintech de factoring, billeteras digitales, préstamos y cambio de moneda. En los últimos dos frentes es donde Indecopi encuentra mayores elementos competitivos a la fecha.
Por ello da recomendaciones de cómo alentar la expansión de estas fintech con normas. Hoy, según cada vertical, el negocio puede estar sujeto a directrices diversas del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) y la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV).
También pueden quedar en un vacío. Especialistas consultados por Gestión coinciden: hace falta una ley que promueva este mercado de manera uniforme.
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En ascenso
En Perú hay alrededor de 40 fintech de préstamos, como Prestamype, y 24 de cambio de divisas, como Kambista, según Indecopi. Sus volúmenes de mercado hoy no son para nada menores.
Las fintech de cambio de moneda cerraron 1.8 millones de transacciones de compra y venta de dólares por un valor de US$ 4.24 miles de millones el año pasado. Además, en 2022 también entregaron 391 mil préstamos por un valor total de S/ 334 millones, 24% más que en 2019.
Con esas cifras, lo revelador del informe de Indecopi es que el avance de las fintech en ambas verticales ya equipara la oferta de la banca tradicional, tanto con sus plataformas en línea como con sus soluciones digitales.
Por ejemplo, en su informe el ente resalta que las tasas de interés promedio son “similares” a las que ofrecen las empresas financieras. En 2022, su tasa fue de 34.46%, mientras que la de las fintech fue de 34.91% (ver gráfico).
“Las tasas de interés cobradas por las fintech registran una tendencia decreciente entre 2019 y 2022, en contraste con lo registrado por los principales tipos de entidades del sistema financiero en el mismo periodo, como las del sistema bancario y cajas rurales”, agrega Indecopi (hay que precisar que en los últimos años se ha elevado las tasas de interés de referencia de los bancos centrales).
En el mercado de préstamos ocurre algo similar, pero con otro referente: el spread cambiario de las tecnológicas financieras es menor que el del sistema financiero regulado.
En 2022, este indicador para personas naturales fue de S/ 0.020 en fintech, mientras que el de los aplicativos bancarios fue de S/ 0.104. Si la comparación es con las plataformas en línea de los bancos la diferencia es aún mayor (ver gráfico).
“Resulta importante señalar que, en el caso de personas jurídicas, las transacciones utilizadas para el cálculo de los tipos de cambio promedio corresponden principalmente a operaciones con Mipymes, donde la oferta de las fintech representa una alternativa competitiva”, resalta Indecopi.
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Falta de estándar
Especialistas consultados por Gestión aseguran que, frente a las diversas normativas aplicables, hace falta una valla regulatoria que equipare las cosas para las fintech.
“No tenemos un estándar regulatorio para evaluarlas y saber que son serias”, refiere Ljiubica Vodanovic, presidenta del Comité de Asuntos Públicos y Regulatorios de la Cámara de Comercio Electrónico del Perú (Capece).
En la región, solo dos países cuentan con una “ley fintech” como tal: México y Chile. Ambas normativas se enfocan en promover las instituciones de financiamiento colectivo. Perú, no solo no tiene algo parecido, sino que carece de otras regulaciones, como los criptoactivos, que pueden afectar a las fintech (ver tabla).
Según Dario Bregante, gerente senior de Regulación Financiera y FinTech de EY Law, el panorama complica el ingreso de fintechs a determinados mercados. “Cuando conversamos con clientes interesados les decidimos que administrar dinero en Perú despierta alertas de los reguladores. Indudablemente enfrentan una alta carga normativa”, comenta a Gestión.
Sin embargo, la misma Asociación Fintech propone un camino distinto al de Chile y México. “En Perú hay poco liderazgo político sobre tecnología. Una norma como esa podría demorar dos gobiernos. Sería mejor una ley de promoción tecnológica financiera con principios claros, que impulse inversiones y se defina al cliente fintech”, considera Vargas.
Un primer punto que debería esclarecer la norma promotora lo marca el mismo Indecopi: ¿las fintech podrían estar exoneradas, como la banca, del Impuesto General a las Ventas (IGV)?
“Esa exoneración fue dada hace años, cuando los préstamos fuera del sistema bancario eran pocos. Debe actualizarse. Un cambio, ya sea de exoneración total o cambiar la forma de devengo de las cuotas impagas, es vital para ellas”, explica Juan José Hopkins, socio del Estudio CMS Grau.
Para Hopkins es crucial también resolver si podría autorizarse el open banking en Perú, es decir, que bancos y fintech puedan compartir información sobre sus clientes para, entre otras cosas, poder ofrecer mejores servicios.
“Tenemos una ley que lo declara de interés nacional, pero la SBS hizo observaciones. Lo cierto es que la mayoría de países con regulación específica lo tienen”, precisa.
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Sin embargo, Mario Zúñiga, líder de Competencia y Mercados de EY Law, advierte de los peligros de enfocar mal esta estrategia. “Si se obliga a compartir la información gratuitamente, se quitan los incentivos para generarla. Regular es un arma de doble filo: se puede quitar dinamismo para entrar ágilmente al mercado”, indica.
Contar con una política de ciberseguridad propia para los negocios fintech, como es el caso de la banca, podría atenuar el recelo sobre el open banking, según Vodanovic.
“No tenemos una política nacional al respecto. Cada vez que la banca busca integrarse, se preocupa porque no se cuide la seguridad de la información. Es un tema que requiere ya medidas urgentes”, recalca.
Los avances en estos frentes permitirían, según Bregante, que las fintech y banca enfrenten a su verdadero rival: la informalidad. “Es su verdadero competidor y está en auge. La regulación es una herramienta útil si corrige fallas de mercado. Ese es el reto”, asegura.
Licenciado en Periodismo por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Experiencia en cobertura política, social y económica peruana.