Fintech ha demostrado ser una de las industrias con mayor potencial de crecimiento en los países en desarrollo. Este concepto hace referencia a las innovaciones tecnológicas aplicadas a los servicios financieros. Sin embargo, comúnmente también se denomina fintechs a las compañías que son parte de esta industria.
Al cierre de 2023, según un estudio realizado por Finnovista, se registraron 193 fintechs, lo que supuso un aumento de 143 empresas en seis años. Medido por millón de habitantes, se contabilizaron 5.6 fintechs, lo cual posiciona al Perú por encima del promedio regional, aunque aún lejos de países como Chile y Uruguay. Con respecto al perfil de los clientes atendidos por estas compañías, el 81% está bancarizado. El 19% restante está compuesto por personas no bancarizadas (11%) y pymes no bancarizadas (8%).
Por el lado regulatorio, aunque no existe un marco global específico para la fintech como en otros países de Latinoamérica, ya se han registrado avances normativos, tales como la reglamentación del dinero electrónico, la ley del crowdfunding o el sandbox regulatorio: un marco que permite a las fintech probar innovaciones en un entorno controlado, recibiendo exenciones temporales de ciertas normas.
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El avance de la industria fintech se ha observado en distintos segmentos. El caso más emblemático es el de las billeteras digitales: las transacciones mensuales por este canal (interbancarias e intrabancarias), registraron un rápido crecimiento que destaca en comparación a la utilización de otros medios de pago. Esta tendencia aceleró con la entrada de la interoperabilidad ente Yape y Plin en marzo de 2023.
Si bien el monto total de transferencias por esta vía viene aumentando significativamente, el ticket promedio de las transferencias es bajo (S/ 43 para las intrabancarias y S/ 56 para las interbancarias), ya que esta herramienta está principalmente dirigida a los micropagos.
Además de las billeteras, las fintech orientadas al otorgamiento de préstamos (lending) también han tenido un desarrollo destacable: en los últimos dos años se registraron 19 nuevas empresas, posicionando al lending como el segmento de mayor participación en el mercado fintech (por número).
Según Indecopi, los préstamos desembolsados por estas empresas crecieron 107% entre 2019 y 2022. Estas se caracterizan por prestar montos bajos y no exigir colaterales, aunque a cambio de una tasa de interés más elevada que las de otras entidades financieras.
Un caso de crecimiento similar es el de las fintech de cambio de divisa, cuyas operaciones aumentaron 364% respecto a 2019, lo que refleja la competitividad de su tipo de cambio en comparación al de la banca tradicional. Otros segmentos como crowdfunding, orientado a conectar inversores y empresas que buscan fondos sin intervención de la banca tradicional, e insurtech, que aplica soluciones tecnológicas a la contratación de seguros, han dado pasos iniciales en el mercado peruano, con amplio espacio de crecimiento.
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¿Hacia dónde va el ecosistema fintech?
En el Perú, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ha tomado la batuta en cuanto al desarrollo del fintech implementando una estrategia en tres áreas clave:
1) Interoperabilidad del dinero digital, para facilitar transacciones rápidas entre todas las entidades emisoras de dinero digital.
2) Implementación de la moneda digital del Banco Central, orientada a promover la inclusión financiera de población no bancarizada.
3) Infraestructura digital y de Open Finance, que busca construir una plataforma para el intercambio de información financiera abierta y colaborativa.
Para entender mejor dichas áreas, profundicemos en los conceptos clave. El dinero digital es un medio de transacción no tangible que puede ser emitido por entidades públicas o privadas. Un tipo de dinero digital es el dinero electrónico: un valor o producto prepagado que registra sus fondos en dispositivos electrónicos y que no está asociado a la banca tradicional. Por otro lado, la moneda digital del Banco Central (CBDC, por sus siglas en inglés) es una forma de dinero digital soberano y es equivalente al del dinero físico.
El Open Finance es un modelo que permite el intercambio de información financiera de individuos y empresas con terceros proveedores de servicios a través de una plataforma única. Para alcanzar este ecosistema primero se requiere implementar pagos interoperables, Open Payments y Open Banking.
Con respecto a la estrategia de interoperabilidad del dinero digital, esta viene implementándose desde 2023. Desde entonces, la primera fase permitió conectar las dos billeteras digitales más grandes, y la segunda fase incluyó a las billeteras de otras entidades del sistema financiero en el ecosistema de interoperabilidad.
Actualmente, se viene implementando la fase 3, orientada a incluir a las emisoras de dinero electrónico (EEDE). La fase 4, próxima a efectuarse, buscará incluir a otras entidades fintech y bigtech.
Por otra parte, la implementación de la CBDC es una estrategia de inclusión financiera basada en la conexión a telefonía móvil. Esta, que se encuentra en fase piloto, buscará evaluar la viabilidad del modelo y el impacto en el acceso a los pagos digitales. En julio pasado, la ejecución del piloto fue adjudicada Viettel Perú, que deberá implementarlo durante un año calendario, con posibilidad de extensión de un año adicional.
Finalmente, con el objetivo de establecer un ecosistema de Open Finance a largo plazo, el BCRP buscará la apertura de los canales de pago. Para ello, buscará implementar la Interfaz de Pagos Unificados (UPI). Esta, originaria de la India, facilita la participación de múltiples agentes del mercado, incluyendo consumidores, instituciones financieras y fintechs.
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Hoy, en su país de origen, esta plataforma realiza más de 8 billones de transacciones al mes y cuenta con más de 350 empresas financieras afiliadas. Los casos de uso incluyen transferencias de dinero entre usuarios, pagos a tiendas físicas o electrónicas y pagos de facturas y servicios recurrentes.
En suma, el ecosistema fintech en Perú, aún con un desarrollo heterogéneo, ha mostrado un avance significativo, lo que muestra la adaptabilidad del mercado hacia soluciones financieras innovadoras.
Con miras al futuro, al promover un sistema financiero inclusivo y desarrollar infraestructura digital, se espera que disminuyan las barreras para nuevos actores, aumentando la competencia. Esto, sumado con el avance en el marco regulatorio para el fintech, beneficiará tanto a la inclusión como al desarrollo del mercado financiero en el país.
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