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El mercado de fideicomisos está creciendo en el país. Pese a parecer un instrumento muy sofisticado, ofrece una herramienta útil para grandes operaciones de financiamiento.
“Comercio es uno de los sectores más dinámicos (en fideicomisos) y la principal modalidad utilizada es el fideicomiso de garantía, que funciona como respaldo para un financiamiento, y los montos suelen ser de S/ 10 millones hacia arriba”, afirmó Geraldo Arosemena, director general de TMF Group para Perú y Bolivia.
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Las áreas productivas agrícola, construcción e infraestructura también muestran un mayor movimiento en estas operaciones, precisó el gerente.
Generalmente, la deuda de corto plazo para capital de trabajo no usa fideicomiso, pero si se quiere desarrollar, por ejemplo, una ampliación de planta con una deuda a mediano plazo, los bancos piden fideicomisos, comentó el gerente.
“No siempre lo piden. No lo hacen si se trata de un deudor premium. Pero si la compañía pertenece a una industria que se puede complicar, las entidades financieras cubren mejor su riesgo con una garantía fiduciaria”, explicó.
El fideicomiso de garantía consiste en la creación de un patrimonio que será administrado por un tercero (denominado fiduciario), quien custodiará dichos activos según el fin establecido, en este caso, garantizar una deuda. De este modo, si ocurre un incumplimiento, dicho patrimonio se destina a compensar al acreedor.
“Hablamos de un vehículo dúctil, flexible y es transversal a todas las industrias. Permite respaldar un préstamo para minería, construcción, servicios, turismo o para el desarrollo de un hotel, un restaurante, o para implementación de fibra óptica”, refirió el CEO.
Mixto
Arosemena explicó que existen los fideicomisos de garantía mixtos que incluyen activos como un inmueble o maquinaria, y también flujos, es decir, cuentas por cobrar en el contrato.
“En el tema agrícola, se puede ingresar la tierra y los ingresos futuros (al fideicomiso). Entonces, el banco le presta a la empresa agropecuaria y las ventas que se hagan al extranjero también se aportan al fideicomiso, dentro de una cuenta que abrimos nosotros (como empresa de fideicomiso) en un banco. Eso se escoge al momento de armar el producto”, señaló.
“Obviamente, la entidad que entrega el préstamo va a querer que la cuenta se haga en su entidad. Y la cuenta va a estar a nombre del fideicomiso. Nosotros (los fiduciarios) tenemos poderes plenos sobre la cuenta”, explicó.
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Otro tipo de inversión donde se emplea el fideicomiso mixto es la construcción de carreteras, según el directivo, donde los ingresos futuros por los peajes pueden ir al fideicomiso. “En el caso del flujo, cuando el deudor falla, el dinero de la cuenta se entrega al acreedor”, manifestó.
Arosemena precisó además que existen en el país más fideicomisos privados que públicos, y que estos últimos están vinculados principalmente a los Gobiernos regionales y municipalidades para el desarrollo de distintas obras públicas.
A julio del 2024, el patrimonio administrado por fideicomisos era de US$ 27,000 millones, un 7% más que en el 2023.
Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.
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