A una semana del lanzamiento oficial de la denominada segunda Reforma Agraria, Mariana Escobar, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Perú, analiza en entrevista con Gestión.pe las propuestas del gobierno de Pedro Castillo para reducir la inseguridad alimentaria en un país donde siete de cada diez distritos padece de esta problemática.
A más de un año y medio de pandemia, ¿en qué proyectos se está enfocando la FAO en Perú?
La FAO está apoyando en varios temas asociados a la emergencia, como fue en el diseño de la estrategia de Hambre 0 para que llegue de forma eficiente y ordenada al territorio. Hemos venido apoyando en la articulación de la estrategia a nivel de gobiernos regionales y locales y ya existen pilotos que hemos trabajado en Huancavelica y Junín.
También estamos trabajando en otros temas complejos que se deben atender a mediano y largo plazo, como el apoyo a la agricultura familiar, la agenda ambiental, la restauración de tierras en la Amazonía, la construcción de una gobernanza forestal, en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos en los animales, tenemos una carta amplia de proyectos.
Sobre Hambre 0, aprobado a fines del año pasado ¿Cuáles son los principales resultados a la fecha?
Aún es muy temprano para tener información pura y dura (nota del diario: este plan se anunció durante el gobierno de Francisco Sagasti en noviembre del 2020). Hay que entender que el hambre va de la mano con la pobreza, cuyo indicador del 2021 lo veremos próximamente, pero ya hemos visto que en un año (2020) regresamos a los niveles de pobreza de hace diez años y recuperarnos de eso toma años, entonces tiene un impacto sobre la cantidad de personas que pasan hambre o si tienen oportunidad de comprar alimentos adquieren los de mala calidad que genera un profundo problema de sobrepeso y obesidad. Es importante recordar que en Perú una dieta saludable cuesta cinco o siete veces más de que una dieta no saludable.
Es importante recordar que en Perú una dieta saludable cuesta cinco o siete veces más de que una dieta no saludable.
¿Cuánto le tomaría al Perú retornar a niveles prepandemia en los indicadores de seguridad alimentaria y anemia, y de qué depende?
Es difícil prever cuánto tiempo nos tardaremos. Pero depende de dos factores: primero, el crecimiento de la economía peruana que, si bien se espera que este año recupere las pérdidas de todo el 2020, se estima retornar a los niveles de crecimiento prepandemia aún en el 2024 o 2025 y, que, adicionalmente, debe ser un crecimiento económico inclusivo. Y segundo, se debe fortalecer y ampliar la cobertura de las políticas de protección social, como Qaliwarma.
Y, entonces, ¿contribuye la propuesta del actual Gobierno sobre una segunda reforma agraria a la seguridad alimentaria?
La propuesta y los componentes de una segunda reforma agraria son importantes porque hay que entender la ecuación hambre y pobreza, que no solo afecta al consumidor final, sino que afecta al productor y su medio de vida que se ha venido debilitando con la pandemia, afectando su propia seguridad alimentaria.
¿Y los nueve ejes de esta reforma planteada?
La seguridad alimentaria, el fortalecimiento de las compras estatales a la agricultura, la industrialización del campo, fortalecer el cooperativismo, el repoblamiento ganadero, promover los créditos al agro, entre otros, son medidas importantes y pertinentes pero, obviamente, el reto es que todo llegue de forma ordenada y articulada al territorio, por eso es también importante la propuesta del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego de descentralizar una parte importante de sus servicios. Pero hay otros temas como la gestión de microcuencas que contribuirá de manera fundamental a la acción climática o la articulación de la agricultura familiar con mercados más dinámicos y cadenas de exportación con alto valor, que también son claves.
Otro punto es restablecer la franja de precios ¿Cuál es la opinión de la FAO sobre esta iniciativa?
Es un mecanismo válido de compensación frente al ingreso de productos subsidiados de otros países, pero atención que protección a los productores nacionales no signifique que eso afecte al consumidor final, hay que tener mucho cuidado cuando se establezca la franja para que apunte a mejorar los precios en chacra y que eleve la productividad en la agricultura familiar. O quienes se beneficien sean los pequeños productores porque hay experiencias pasadas en Perú que finalmente los que se beneficiaron fueron otro tipo de agricultores y no los más vulnerables.
¿Cuáles serían los principales riesgos de esta propuesta?
Lo que ha visto la FAO como experiencia en otros países es que estas medidas pueden terminar beneficiando a productores menos vulnerables como la mediana agricultura y generalmente se quedan fuera los pequeños agricultores. En ese sentido, es muy importante apoyarlos con asistencia técnica para que eleven su productividad, su calidad, de manera que los precios en chacra mejoren, también velar por la calidad de suelos, tener acceso a precios económicos de los insumos (fertilizantes) que dicho de paso están por las nubes.
¿Cuál debería ser el primer paso de la nueva reforma agraria considerando que los agricultores también son conscientes que no quedan jóvenes en el campo?
La precariedad de la agricultura familiar es tal que hay que atacar simultáneamente por todos los francos, pero la asistencia técnica es fundamental. Es muy importante tratar de apuntar a un ambiente de coordinación intersectorial, por eso es importante la conformación de este Gabinete intersectorial para el desarrollo rural.
Otro tema importante que planteas tiene que ver con el futuro de los jóvenes en el agro. No es sorpresa para nadie que más jóvenes abandonan las zonas rurales a falta de oportunidades, y quienes se interesan por la producción agrícola no comparten la forma en cómo hacen la agricultura sus padres, sin desmerecer las prácticas ancestrales que son importantes, sino, que apuntan a una agricultura más digital, rescate de la biodiversidad, agroecología, entre otros. Al agro hay que vestirlo de joven porque en las condiciones actuales es difícil que sea atractivo para sus vidas o que piensen que hay futuro ahí.
¿Y qué tan importante es que se integre el sector privado en la cadena de la agricultura familiar?
Los gobiernos con sus recursos no pueden cerrar solos las brechas porque son retos múltiples. No es solo dar créditos y ya resolviste el problema, sino resolver problemas estructurales de alcance un poco de más corto o mediano plazo. Entonces, los recursos públicos no son suficientes, la capacidad de asistencia técnica hay que construirla y fortalecerla, así como la capacidad de investigación debe moverse mucho más rápido y el sector privado tiene la capacidad y medios para acceder a innovación tecnológica, usar datos de precisión, mejorar suelos, optimizar el uso del agua. Desde la FAO consideramos que las alianzas entre el sector público y privado para el fortalecimiento de la agricultura familiar es un gran beneficio para el pequeño productor y un gana-gana para todos.
Entre las malas decisiones políticas, demora en la ejecución de proyectos de infraestructura para el agro y el cambio climático, ¿Cuál de éstos pondría al Perú en una mayor posición de inseguridad alimentaria?
Hay dos temas en este momento: el Perú atraviesa una crisis alimentaria que viene de la mano del aumento de la pobreza, y segundo, hay una agenda que se estancó por la pandemia que es la agenda de acción climática. En ese sentido, un tema de urgencia es la transformación de los sistemas alimentarios, porque no se puede hablar de la seguridad alimentaria como en una caja aislada cuando la gente está también expuesta a desnutrición.
El sistema alimentario tiene muchos actores y conexiones, es un organismo vivo, y uno no puede solo priorizar una parte. Actualmente existe un llamado de urgencia mundial para transformar estos sistemas alimentarios, que pasa por la transformación de la producción agrícola, en cómo se comercializan los alimentos, cómo se rompen las barreras de acceso a la alimentación saludable, en cómo mejorar la educación del consumidor, de la inocuidad de los productos
Hoy estamos en el punto límite de tomar acción y evitar una catástrofe en el 2050. Para ese año el Perú, que es despensa del mundo, debe de ampliar sustantivamente la cantidad de productos agrícolas más que el pecuario, la pregunta es cómo lo hará con un enfoque sostenible, para que haya beneficio social, económico y ambiental y se distribuya de forma equitativa. Luego, todo hay que pensar interconectado. Resolver la inseguridad alimentaria pasa por resolver el sistema alimentario, no hay de otra, sumado al crecimiento de la economía y tener buenos programas de protección social.