La inflación cerró en 2022 en 8.46%, su nivel más alto en los últimos 26 años, y en términos acumulados se situó en más de 15% en los dos últimos años, escenario que tiene un correlato con la pérdida de poder adquisitivo de las familias.
Según el economista Carlos Casas, por este contexto de aumento de precios a tasas altas, este año sería más notoria la dinámica de recomposición de presupuesto de los peruanos, que se destinará más hacia gastos básicos como alimentos.
Y si bien este impacto por el lado de precios es a nivel general, sería aún más acentuado en los segmentos de ingresos más bajos, pues estos dedican mayor parte de su gasto a alimentos. Según el economista, en los niveles socioeconómicos C, D y E se concentran, además, gran parte de los hogares peruanos (90% según Ipsos para el 2021).
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Es de resaltar que, según reportó el Banco Central de Reserva (BCR), con data del 2021, mientras los hogares peruanos del quintil superior de gasto per cápita (es decir, los de mayor gasto) destinaban S/31 de cada S/100 de su presupuesto del hogar a alimentos, los de los dos quintiles inferiores asignaban más de S/50 de cada S/100.
“Esto se combina con un mercado laboral menos dinámico (tendencia a mantener rígidos los salarios) y se relaciona también con la esperada moderación del consumo que se prevé para este año. La recomposición de presupuesto será a todo nivel socioeconómico, pero mucho menor en el segmento A y B”, dijo el también exviceministro de Economía.
Cabe señalar que la inflación de alimentos, en Lima Metropolitana, fue de 16% en el 2022, luego de haber alcanzado 7,97% en el 2021. Es decir, un acumulado de 25% en los últimos dos años.
Jorge González Izquierdo, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico, coincidió y espera que la priorización de gasto sea la regla para el 2023, en donde, si bien se espera un descenso en el dato de inflación, no significaría que los precios bajen.
Indicó que las familias peruanas, en un contexto de inflación, dan prioridad a alimentación, educación y salud en ese orden. Es decir, están dispuestos a sacrificar menos el gasto en esos rubros.
“La sociedad peruana ya va dos años seguidos de inflación alta, y en alimentos es casi el doble. Hay un proceso de reducción del ingreso real de las familias, lo que lleva a una priorización de gasto. Sin embargo, no es uniforme, pues la inflación de alimentos y combustibles golpea más a los de menores ingresos, mientras que aquella vinculada a precios de alquileres se siente más en aquellos con ingresos medios. A fines del 2021, los pobres son 26%, y los no pobres vulnerables otro 34%, por lo que se podría esperar que sea notoria esta revisión de presupuesto de los hogares”, anotó.
Ambos economistas señalaron que los consumos en bienes más de lujo o duraderos, como vehículos o electrodomésticos, serían los más desplazados. Indicaron también que habría incluso una sustitución dentro de los rubros de alimentos.
“Se van a sacrificar ciertos rubros de consumo como comida fuera de la casa, vestimenta o aquellos bienes de consumo duraderos, o aquellos bienes que implican un gran desembolso de dinero. Es lo que ocurre en escenarios inflacionarios”, apuntó Casas.
Dato
- Inflación en el 2023 sería de 3%, según el BCR. No obstante, entidades como Credicorp Capital, esperan un 4% como dato de cierre de año.
- Crecimiento de consumo privado pasaría de un crecimiento de 4.5% en el 2022 a 3% en el 2023, según Credicorp Capital.
- La importación de bienes duraderos cayó 13% (volumen) en el mes de octubre, luego de haber crecido los cuatro meses previos, reportó el BCR.