El exsecretario del Tesoro Lawrence Summers dijo que el dólar tiene un mayor margen para apreciarse debido a la serie de fundamentos que lo respaldan, y expresó su escepticismo sobre la efectividad de cualquier intervención japonesa para cambiar el rumbo del yen.
“Es sorprendente que la gente dijera, no hace mucho tiempo, que el día del dólar había pasado, dada su fortaleza actual”, señaló Summers en el programa “Wall Street Week” de Bloomberg Television con David Westin. “Mi opinión es que hay espacio para que esto continúe”.
Summers destacó que Estados Unidos tiene una “gran ventaja” al no depender de la “energía extranjera extremadamente cara”. Washington también implementó una respuesta macroeconómica más fuerte a la pandemia, y la Reserva Federal está actuando más rápido que sus pares en el ajuste de la política monetaria, sostuvo.
“Todos estos factores nos están convirtiendo en un refugio seguro, una meca para el capital, y eso hace que los recursos fluyan hacia el dólar”, dijo Summers, profesor de la Universidad de Harvard y colaborador de Bloomberg Television.
El índice Bloomberg Dollar Spot ha subido cerca de un 11% desde el comienzo del año y esta semana alcanzó un récord. El martes, el dólar llegó a su nivel más alto desde el 2002 frente al euro, en 0.9864, mientras que el miércoles tocó su punto más alto desde 1998 frente a la moneda japonesa, en 144.99 yenes.
El euro se mantiene por encima de sus mínimos de hace más de dos décadas, cuando cayó por debajo de los 83 centavos de dólar.
“De alguna manera, los fundamentos relativos de Estados Unidos en comparación con Europa son incluso más fuertes ahora que entonces”, dijo Summers.
La divisa japonesa se ha depreciado aún más rápidamente que el euro, con una caída de más del 19% frente al dólar en lo que va del año. Eso provocó una escalada de advertencias de funcionarios japoneses, y el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, se reunió el viernes con el primer ministro, Fumio Kishid, en la última señal de preocupación.
Los funcionarios japoneses no han descartado ninguna opción, en medio de un debate entre los participantes del mercado sobre las posibilidades de intervención para comprar yenes y vender dólares. Japón no lo ha hecho desde 1998, cuando se unió a Estados Unidos, en una época en la que Summers era subsecretario del Tesoro, para ayudar a frenar la caída del yen.
“Tiendo a ser escéptico en cuanto a que la intervención pueda tener efectos sostenidos”, dijo Summers. “Los mercados de capitales son tan grandes, incluso en relación con los recursos que tienen las autoridades, que me sorprendería en el mundo actual que las intervenciones pudieran tener impactos grandes y sostenidos en el mantenimiento del valor del yen”.
Por su parte, el Tesoro de Estados Unidos se mantuvo el miércoles reacio a apoyar cualquier posible intervención en los mercados de divisas para frenar la depreciación del yen.
Summers destacó que la cuestión más fundamental para el yen es la configuración de las tasas de interés de Japón, tanto a corto como a largo plazo. El Banco de Japón ha mantenido su tasa de interés a corto plazo negativa, junto con un tope del 0.25% en los rendimientos a 10 años.
Subir esas tasas “no es una propuesta sencilla, dada la magnitud de la deuda en Japón”, dijo Summers.