
Las expectativas macroeconómicas del sector construcción atraviesan una temporada de debilitamiento. Luego de arrancar el 2025 con una fuerte presencia en el terreno positivo, volvieron a una zona pesimista en mayo.
En detalle, pasaron de 59.4 a 42.9 puntos, de acuerdo con la última encuesta del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). ¿Qué ocurre, por su parte, con el sector inmobiliario?
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Construcción: inversión a 3 y 12 meses
Las expectativas de inversión en el sector construcción se reducen considerablemente para los próximos tres meses: pasan de 59.4 a 42.9. No obstante, con vista a los 12 meses siguientes, figura un posicionamiento en una zona neutral, con 50 puntos.
Este panorama, vale decir, contempla a las elecciones presidenciales 2026 y enfrenta, de paso, otras certezas: el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) dio a conocer que el consumo interno de cemento —indicador clave para este sector— habría caído 0.08% en abril.
La Asociación de Productores de Cemento (Asocem) reveló en su informe esta misma tendencia de decrecimiento: en abril, el despacho nacional de cemento fue de 958,000 toneladas métricas, una reducción de 1.3% con respecto al mismo mes del 2024.
Al respecto y en exclusiva con Gestión, Guido Valdivia Rodríguez, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), compartió algunos resultados de la encuesta de expectativas empresariales del sector construcción a cargo de la asociación.
“Los principales riesgos que podrían afectar la actividad de las empresas [de construcción] en los próximos 12 meses son, en ese orden, la incertidumbre por la proliferación de candidaturas para las elecciones presidenciales, la ineficiencia en la ejecución de los presupuestos públicos de inversión y el agravamiento de la violencia en las obras“.
A ello le sumó la intempestiva salida de José Salardi de su puesto como titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
“Su salida podría haber impactado en la reducción de expectativas debido al interés que despertó su agenda reformista en la gestión de infraestructuras a través de APPs y OxI y su apoyo al fortalecimiento de los programas de vivienda. La reciente disposición de duplicar los recursos del Foncomun podría haber contribuido a generar la percepción de que el gobierno ya no tiene el mismo nivel de compromiso con dichos planteamientos”, aseguró.

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El horizonte del sector inmobiliario
Sobre un ambiente más favorable se pronunció José Espantoso, presidente de la Confederación de Desarrolladores Inmobiliarios del Perú (CODIP, que es la integración de ASEI y ADI).
“La inversión privada inmobiliaria formal es la segunda en importancia, solo superada y por poco por la inversión privada minera. Según un informe de Apoyo Consultoría, alcanzó los casi US$ 4,800 millones y generó 275,000 empleos", detalló.
Remarcó, así, que desde el 2024 y hasta abril de 2025, Lima ha mantenido una absorción de vivienda nueva sustentada sobre su promedio histórico desde el 2020 (3,7%) y ha alcanzado picos de 4% y 5%.
“Con estas bases, el sector inmobiliario de Lima no solo enfrenta una consolidación frente a su comportamiento de la absorción promedio, sino que avanza con la confianza de mantener esta tendencia en el mediano y corto plazo", agregó.
Y esa confianza ayuda a paliar el escenario de construcción. “La gran obra pública está paralizada. Están paralizadas, por ejemplo, las obras de saneamiento y ello suma al sector construcción. Para nosotros es un tema de gestión, se demoran mucho en aprobar los proyectos y terminan pidiendo adendas. Por eso, las expectativas en construcción no son como las que quisiéramos, pero la parte inmobiliaria sí porque se enfoca en la vivienda”, argumentó Espantoso.
Coincidió Valdivia: “Las colocaciones de créditos hipotecarios y las ventas de viviendas han venido creciendo a ritmo de dos dígitos en los últimos 12 meses. Entre mayo 2024 y abril 2025, se colocó la cifra récord de 40,000 créditos hipotecarios, 17% más que en el periodo mayo 2023 – abril 2025, de acuerdo con la Superintendencia de Banca y Seguros”, inició.
Y subrayó el contraste: “En cambio, en otros rubros de la actividad constructora, no se aprecia el mismo dinamismo. La obra pública parece haber alcanzado su mayor nivel de ejecución en marzo, mientras que en los dos meses posteriores ha habido una contracción. También la construcción informal parece estar en espacio negativo, como lo refleja la fuerte caída del subempleo en construcción (17.5% en el trimestre móvil marzo–mayo) y de 8.3% en el precio del ladrillo de arcilla en Lima Metropolitana, en mayo 2025 vs. mayo 2024″.
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¿Oportunidades de trabajo en construcción?
Contrario a lo que caracteriza al inmobiliario, las perspectivas de empleo en construcción no se muestran muy alentadoras. Los puntajes en rojo destacan en los siguientes tres meses: de 59.4 a 53.6.
El BCRP registró una mejora, más bien, para el año entrante: de 56.3 a 60.7.
Valdivia desplegó una acotación sobre ello: “El empleo formal en la construcción creció 27% en Lima Metropolitana durante el trimestre móvil febrero–abril, de acuerdo con el INEI. Y viene creciendo desde hace varios meses. Es difícil que ese ritmo de crecimiento pueda seguir manteniéndose en el corto plazo, lo que no significa que haya una contracción del número de trabajadores empleados en el sector. CAPECO no ha medido todavía las expectativas para el primer semestre del 2026″.
Y ya desde ahora hay algunos esfuerzos con el objetivo de que el factor empleo no se vea trastocado no solo en en el número, sino en la calidad. A fines de abril, por ejemplo, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), en colaboración con la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú (FTCCP) y Capeco, capacitó a más de 4,500 trabajadores para impulsar la seguridad en construcción civil.
Se resaltó, en ese marco, que, pese a que la construcción es una actividad económica protagonista en el empleo formal, ha registrado 3,349 accidentes no mortales y 24 fallecimientos anuales en los últimos cinco años.

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Inmobiliario: lo que impulsa la ventaja
Los factores que han permitido un panorama positivo en el sector son, de acuerdo con Espantoso, una demanda habitacional sostenible, impulsada por un déficit estructural de vivienda tras la formación de nuevos hogares.
En esa línea, desfilan otras razones: el acceso al crédito e inclusión a tasas más bajas; la estabilidad macroeconómica reflejada en una inflación contenida; la diversificación de la oferta gracias a proyectos multifamiliares mixtos y ecoeficientes que cubren todos los segmentos; y, por último, el atractivo de inversión: “La vivienda funciona como refugio de valor para capital nacional y extranjero”, determinó el representante de CODIP.
Y si bien la proximidad a un proceso electoral siempre genera incertidumbre, el sector se mantiene resistente.
“No podemos decir que el sector privado peruano se ha acostumbrado a vivir en medio de la zozobra política, pero sí puedo afirmar que el sector inmobiliario ha invertido en condiciones muy adversas: cambios frecuentes de presidentes, la difícil y prolongada pandemia y el gobierno del presidente Castillo”, enumeró Espantoso.
Por ello, “si las condiciones macroeconómicas se mantienen estables y la confianza de las familias en el sector inmobiliario continúa, la inversión debería seguir creciendo, a pesar del contexto político”, estimó el experto.
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Inmobiliario y construcción: los retos en la agenda
Sin embargo, el tinte eficaz del sector inmobiliario aún anota desafíos en su calendario. Para un mejor desarrollo de la vivienda de interés social (VIS) es medular enfrentar la informalidad y combatir la ilegalidad en la ocupación de terrenos.
“Se requieren mayores recursos para subsidios, estos deben crecer cada año y ser sostenibles a largos plazos”, mencionó Espantoso.
CODIP planteó, en ese sentido, una Ley de financiamiento habitacional, que permita fijar un norte sostenido a los subsidios para vivienda nueva y sea capaz de otorgar “predictibilidad al desarrollo de proyectos inmobiliarios que no se hacen de un día para el otro”.
Por su parte, Valdivia retomó su observación sobre la temporada de comicios: “Históricamente, los periodos preelectorales suelen implicar una posición más conservadora de los empresarios privados respecto a sus perspectivas de inversión y de contratación de trabajadores”, afirmó.
“La proliferación de candidaturas nunca vista antes en nuestro país, genera un mayor nivel de incertidumbre y, como ya ha sido señalado, es el principal factor de riesgo percibido por los empresarios para sus actividades en los próximos doce meses”, finiquitó.

Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.