
La decisión de Estados Unidos de involucrarse en el conflicto Israel-Irán, con el ataque a instalaciones nucleares subterráneas de este último país, está llevando a esa nación islámica a evaluar el cierre del estrecho de Ormuz, por donde transita cerca del 20% de la producción mundial de petróleo. Esta situación, según expertos, podría significar también un golpe a la economía del Perú.
De acuerdo con EFE, el Parlamento iraní pidió este domingo, tras los ataques de EE.UU contra Irán, el cierre del estrecho de Ormuz, una decisión que aún debe recibir la aprobación del Consejo Nacional de Seguridad de la República Islámica. De confirmarse, tendría impadiécto mundial.
Ubicado entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán, por ese estrecho, que en su punto más angosto mide 54 kilómetros, transitan cada día un promedio de 13 buques cisterna que transportan más de 15 millones de barriles de petróleo.
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En tanto, según otros medios internacionales, se espera que, tras los ataques de EE.UU. a emplazamientos nucleares de Irán, este lunes los operadores se preparen para una subida de los precios del denominado oro negro.
Situación del mercado local de combustibles
Actualmente, la mayor parte de los combustibles derivados del petróleo que consumen los peruanos es importado, con el agravante que casi todos esos productos (excepto el diésel) fueron excluidos de la protección que les brindaba el Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (FEPC). Es decir que los deja expuestos al vaivén internacional.
Esto ocurre, además, cuando, según el último reporte de Perupetro, a febrero del 2025, la venta (consumo) de esos derivados en nuestro país ha alcanzado su cifra más alta, cercana a los 300,000 barriles por día y con un crecimiento sostenido desde la pandemia.

Sin embargo, según ese mismo documento, la refinación nacional de combustibles hasta el segundo mes de este año (incluyendo la operación de la nueva refinería Talara) es cerca de 225,000 barriles en promedio diario, resultando inferior a la que se registraba el año 2017.
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Además, si bien hasta mayo la producción nacional de petróleo alcanzaba los 46,818 barriles en promedio diario y era 15% mayor que el promedio del 2024, sigue aún lejos de la producción lograda antes de la pandemia (cuando producíamos encima de 60,000 barriles diarios entre febrero y marzo del 2020).
Todo esto significa que el Perú debe importar cada vez más combustibles para atender la creciente demanda interna. Según ComexPerú, en el primer trimestre del 2025, las importaciones de combustibles sumaron US$2,267 millones.
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Eventual shock recesivo
El ex viceministro de Energía, Arturo Vásquez, señaló a Gestión que podría haber efectos negativos, tanto para los consumidores directos como la economía en general.
El experto recordó que Irán, incluso, ha amenazado con atacar Arabia Saudita, Bahrein y otras instalaciones en los Emiratos Árabes, donde hay bases militares de Estados Unidos, que es aliado de Israel.
Si hay un conflicto más fuerte, indicó que podría haber restricción en el flujo de petróleo por el Golfo Pérsico, pues podría también formar parte del escenario bélico, llevando a una escasez en el suministro de crudo a nivel mundial y durando varios meses.
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En esa línea, estimó que un escenario realista podría llevar a que el precio del crudo alcance hasta los US$90 por barril en las próximas semanas, lo cual de todas maneras va a afectar al Perú.
Ello, debido a que somos importadores tanto de crudo (para la producción de nuestras refinerías) como de derivados (que también importan esas empresas mayoristas y compañías importadoras).
Por consiguiente, anotó, tendremos precios de combustibles más elevados, pues sobre el costo en sí del producto, se añaden costos de importación, recordando que los precios de nuestros combustibles se calculan en base a la denominada paridad de importación (que sigue el comportamiento internacional de precios de esos productos) y lo usan como referencia las refinadoras locales.
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De esa forma, refirió que nuestro mercado podría ver el aumento de precios de productos del petróleo como las gasolinas o el gas licuado de petróleo (GLP), por ejemplo.
“Eso es lo que va a ocurrir y, al final, eso va a generar un shock recesivo porque cada vez que sube el costo de la energía se genera presión en la inflación y se encarece el costo de la energía a nivel industrial. Se podría generar un freno en el crecimiento de la economía”, advirtió.
¿Refinerías aún tienen stock a menor precio?
Por su parte, Aurelio Ochoa, ex presidente de Perupetro, consideró que, de haber variaciones importantes en el precio del petróleo y sus derivados, no debería reflejarse de inmediato en el mercado peruano, por cuanto las refinerías locales suelen comprar stocks a determinados precios, para dos a tres meses, lo cual nos debería permitir afrontar situaciones críticas como la actual.
Ochoa consideró más bien que el escenario actual de conflicto creciente debería ser un incentivo para que el Perú busque incrementar su capacidad de producción petrolera.
El experto recordó que hoy producimos sólo 45,000 barriles en promedio diario, cuando el mercado demanda no menos de 260,000 barriles por día. Otra opción es pensar en acelerar la sustitución de derivados por gas natural o mayor penetración de energías renovables para reducir el impacto en los consumidores.
Este diario envió un cuestionario de preguntas a Petroperú sobre eventuales impactos del tema, pero no fue respondida al cierre de esta edición.
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Comunicador social. Estudió en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, e Inglés en la PUCP. Diplomado en Economía y Finanzas en la Universidad de Esan.