
Un análisis de las búsquedas que despliegan los sectores económicos acerca de las firmas de auditoras financieras y tributarias —y servicios relacionados— revela la urgencia de las empresas: evitar el error frente a las fiscalizaciones de las entidades competentes.
En un estudio de Quantum Consultores, encargado a Impulso, se determinó quiénes son los más interesados en contratar estos servicios. Los resultados se recabaron en el periodo de enero de 2023 a junio de 2025, y abarcaron más de 10.1 millones de datos. ¿Cuáles son las novedades?
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Contratación de consultorías: distribución por sector
El estudio arroja que, con un 19.20% de preferencia, el sector retail y consumo masivo se encuentra como líder entre aquellos que buscan contratar servicios de consultoría o auditoría tributaria en el país. Continúan tecnología y telecomunicaciones, con 11.10%, y construcción e inmobiliaria, con 10.90%.
Marysol León, CEO de Quantum Consultores, detalló las razones de las cifras: “El interés por declarar correctamente los impuestos tiene que ver con sectores en los que la administración tributaria ejerce una mayor presión. El de retail y el de la construcción son constantemente fiscalizados, por lo que ellos son quienes lideran esta demanda para buscar eficiencia y un cumplimiento normativo adecuado”.
Asoció otro dato: “Las empresas más grandes están ubicadas en estos sectores, independientemente de que la minería sea el que más aporte en la recaudación tributaria”.
No obstante, hay un escenario adicional en construcción: “En construcción e inmobiliaria buscan este tipo de prevención porque en este sector en particular hay detección de muchos casos de defraudación tributaria, de compra de facturas, de operaciones falsas, de empresas que tienen la práctica de aparecer y desaparecer”, precisó la experta.
En suma, “el sector construcción e inmobiliario tiene una preocupación específica por ser un foco altamente evasor. En cambio, en el retail, consumo masivo o tecnología y telecomunicación, las empresas tienen mayores ingresos y mejor posicionamiento en el mercado”, sostuvo.

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Factor generacional
La previsión de contratar servicios de consultorías y auditorías también se vincula con un aspecto generacional. En la data se observa que los rangos de edades predominantes son de 25 a 34 años, con un 29%, y de 35 a 44 años, con un 31%.
“Las nuevas generaciones están ocupando cargos gerenciales y directivos en las empresas. [...] Ellos unen también un concepto de tecnología, prácticas del buen gobierno corporativo y sostenibilidad [...]. Y en el rango importante de 35-44 años están los gerentes financieros, los contadores generales y los gerentes generales de empresas que vienen ya con este criterio de anticipación, de querer saber y medir los riesgos”, analizó León.
En esa línea, desde el 2021 hasta el 2024, se registró un crecimiento de 51% en el número de personas interesadas en contar con estos servicios. Y se estima que para el cierre del 2025, la tendencia aumentaría un 18% en el país.

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Razones detrás de las auditorías
En el ranking de las prestaciones de consultoría y auditorías más requeridas entre los sectores se encuentran, con un 40.20%, los servicios contables y outsourcing; con un 40.10%, la auditoría financiera; y, con un 39.80%, las capacitaciones inhouse (tributarias y contables).
A este grupo las principales motivaciones que los empujan a contratar una firma externa son acceder al conocimiento especializado, reducir el riesgo de multas y contingencias —sobre todo con la Sunat—, obtener una visión externa, objetiva e independiente y aumentar la credibilidad ante los bancos, inversionistas y directorios.
Sin embargo, una anticipada gestión de riesgos es tarea de todos los sectores económicos, consideró León. En el Perú la conciencia de prevención aún está en progresión: por debajo de los tres sectores “estrella” en la solicitud de los servicios de auditoría se ubican —con menos de un 10%— el sistema financiero, la banca y seguros, la agroindustria, la exportación e importación, la energía y minas, la manufactura industrial, la salud y servicios y otros.
“El tema es transversal. La acción de fiscalización de la Sunat, si bien tiene un foco especial para los megacontribuyentes, ahora, con la tecnología, tiene un alcance mayor, para todo tipo de empresas. [...] Hay elementos nuevos en el panorama internacional que también originan que miremos normas tributarias para operaciones con no domiciliados”, sustentó

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Temores detrás de la auditoría
Así como hay fuerzas favorables, hay miedos. Según el estudio, las barreras comunes que frenan la contratación de estos servicios son la desconfianza al compartir información financiera sensible (58%), la creencia de que el asunto se puede manejar internamente (50.10%), la percepción de alto costo frente al presupuesto limitado (49.30%) y, entre otros, la falta de claridad en el retorno de la inversión (ROI).
Sobre ello, León subrayó que la seriedad en el ejercicio de auditoría implica firmar acuerdos de confidencialidad con las empresas para que compartan su información sin asomo de dudas. “Y ahí tenemos un compromiso ético muy importante, nos obliga a resguardar la información”, añadió.
Asimismo, describió otra de las contrariedades: “Algunos creen que tener un departamento contable con un contador general y un gerente de administración y finanzas es suficiente para manejar el cumplimiento tributario, pero se trata de un tema altamente especializado. [...] Los cambios tecnológicos son tan bruscos y constantes que el hecho de que el equipo interno se capacite no los exime de cometer algún error”.
Es más, la desconfianza puede disiparse al alinearse con aquellos objetivos que los interesados persiguen y que el estudio recaba: recibir recomendaciones para la mejora de los procesos (45.90%), cumplir con un requerimiento legal o de terceros (41.20%) u obtener un dictamen limpio y confiable (40.20%).


Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.








