Unilever reveló sus planes para recortar unos 1,500 puestos de trabajo de gerencia, en una reestructuración que busca aliviar las preocupaciones de los accionistas tras el fracaso de una oferta de adquisición y reportes de que un inversor activista creó una participación en la firma.
El fabricante del jabón Dove y el helado Magnum, que emplea a unas 149,000 personas en todo el mundo, dijo que la renovación creará cinco divisiones centradas en los productos: belleza y bienestar, cuidado personal, cuidado del hogar, nutrición y helados.
La medida, que según Unilever se estuvo preparando durante el último año, se asemeja a la reestructuración llevada a cabo por su archirrival Procter & Gamble (P&G) hace tres años, cuando creó seis unidades de negocio similares, en su mayor reorganización en dos décadas.
“El cambio a cinco grupos de negocio centrados en categorías nos permitirá responder mejor a las tendencias de los consumidores y los canales, con una responsabilidad clara en cuanto a los resultados”, afirmó el presidente ejecutivo de Unilever, Alan Jope.
El gigante de los bienes de consumo, cuyas acciones han caído un 13% en el último año, abandonó la semana pasada sus planes de comprar el negocio de salud de GlaxoSmithKline (GSK) por 50,000 millones de libras (US$ 67,000 millones).
Su propuesta, rechazada por GSK, fue ampliamente criticada por los inversores por considerarla una distracción costosa y arriesgada a la hora de hacer frente a los apremiantes retos del negocio, como la creciente inflación en los mercados emergentes y la debilidad en los alimentos saludables.
Días más tarde, también se informó de que el inversor activista Trian Partners, de Nelson Peltz, estuvo creando una participación en Unilever, reflejando una inversión anterior y un impulso para el cambio en P&G y otras empresas de bienes de consumo. Trian no confirmó el reporte.
El jueves, el influyente gestor de fondos británico Terry Smith criticó a Unilever en una carta dirigida a sus inversores de Fundsmith LLP, en la que calificaba la pérdida del acuerdo con GSK de “experiencia cercana a la muerte” e instaba a la dirección de la empresa a centrarse en reforzar los resultados.