El japonés Toyota conservó en el 2021 su corona del número uno mundial del automóvil, al vender 10.5 millones de vehículos el año pasado (+10.1%), según datos publicados por el grupo.
Este rendimiento refleja la resistencia de la producción del gigante japonés (que incluye también sus marcas Hino y Daihatsu), a pesar de las fuertes perturbaciones de las cadenas de suministro mundiales de la industria automovilística, en particular para los semiconductores.
Toyota se ha situado en la cima por segundo año consecutivo por delante del grupo alemán Volkswagen (marcas VW, Audi, Skoda, Seat...), cuyas ventas mundiales disminuyeron 4.5% el año pasado, a 8.88 millones de unidades, según cifras publicadas a mediados de enero.
La atención extrema que Toyota ha prestado a sus proveedores durante muchos años le ha permitido prepararse mejor para la escasez de semiconductores en comparación con muchos rivales, sobre todo en el primer semestre del 2021.
Posteriormente, el grupo también experimentó dificultades de producción, en particular con el COVID-19 en el sudeste asiático, y su producción en Japón se está ralentizando por la ola ómicron.
Toyota también se benefició el año pasado de su posición geográfica mundial más equilibrada que la de Volkswagen, mucho más dependiente del mercado europeo que el grupo japonés.
Europa, donde el mercado automovilístico registró un récord a la baja el año pasado, representa solamente 10% de las ventas en volumen de Toyota, mientras que el continente pesa cerca del 40% de las ventas del grupo alemán.
Toyota también se alzó al primer puesto de las ventas de automóviles en Estados Unidos el año pasado, por delante del estadounidense General Motors, que era el líder en el país desde 1931.