Arequipa la segunda ciudad más importante del país, ha estado en la mira de muchos inversionistas para diversos negocios, entre ellos el inmobiliario, empujado por la demanda en vivienda residencial.
Si bien en los últimos meses, la demanda se ha reducido debido a la actual coyuntura, su atractivo se mantiene para los desarrolladores inmobiliarios, incluso para aquellos que aún no han apostado por invertir en la Ciudad Blanca.
“Hay un stock importante para entrega inmediata que supera las dos cifras, algunos proyectos con más de 10% para ello, y eso afecta la rentabilidad del desarrollador; es muy probable que se den promociones u ofertas, que les podría permitir cerrar proyectos y dedicarse exclusivamente a nuevos desarrollos con la compra de terrenos”, indicó Gino Layseca, gerente general de Layseca Asociados.
Refiere que los precios de los terrenos no han tenido un aumento desde antes de la pandemia. Incluso, anota el ejecutivo, a través de una adecuada negociación pueden llegar a un precio más accesible. “Hay oportunidad de buscar terrenos para zonas de expansión urbana, para proyectos de vivienda en el segmento C y D”, agrega.
Y es que si bien en Arequipa, en pre pandemia, el motor en la compra de vivienda fue el nivel socieconómico B -en vivienda residencial por S/ 400 mil-, por pandemia se desaceleró la absorción de la oferta y hoy el segmento C tiene casi el 40% de toda la demanda potencial de vivienda, sostiene el ejecutivo.
Cuestión de precios
En lo que se refiere al precio final de viviendas, el ejecutivo comenta que el tipo de cambio juega de manera determinante en cuanto a su cotización.
“La subida del dólar afecta en la fijación del precio de la vivienda, y si el tipo de cambio aumenta los precios también. En Arequipa, las viviendas en estos segmentos se ofertan en soles y el ratio para fijar el precio es de dólar por metro cuadrado; el precio final se obtiene de la conversión del tipo de cambio y el área de la vivienda”, refiere.
Cifras y datos
- Oferta. Se estima que la oferta total en la Ciudad Blanca debe estar cerca a las 4,000 a 5,000 viviendas al año. Sin embargo el déficit efectivo es de unas 12,000 viviendas, señala Layseca Asociados.