El gobierno sueco anunció que no participará en la nueva recaudación de fondos de la aerolínea SAS, a pesar de que la compañía está al borde de la asfixia financiera.
“Debido al mandato del gobierno de reducir su participación, decimos ‘no’ a una inyección de capital en el plan ‘SAS Forward’”, anunció el ministro sueco de Industria, Karl-Petter Thorwaldsson.
“Esto implica que la participación del Estado (sueco) en SAS disminuirá con toda probabilidad y que el Estado claramente no es un accionista a largo plazo de SAS”, declaró.
No obstante, el ministro ha anunciado que el gobierno iba a proponer al Parlamento la autorización a SAS para la conversión en capital de las deudas contraídas con el Estado.
Actualmente, Suecia y Dinamarca son los mayores accionistas de la empresa, con el 21.8% del capital, un porcentaje que ha aumentado en los dos últimos años como consecuencia de los planes de rescate lanzados por la epidemia de COVID-19.
En un comunicado, SAS agradeció al Estado sueco por el apoyo financiero aportado estos últimos años y calificó de “importante paso adelante” el visto bueno a la conversión de las deudas en acciones.
Para garantizar su supervivencia, SAS anunció la semana pasada que busca recaudar 9,500 millones de coronas adicionales (unos 900 millones de euros, US$ 972 millones) y convertir 20,000 millones de coronas de deuda en capital.
Este proyecto completa un plan de ahorro bautizado “SAS Forward” lanzado en febrero, pero también una serie de operaciones de recaudación de fondos realizadas desde el 2020 en respuesta a los efectos de la pandemia en el sector aéreo.
La empresa redujo su plantilla en un 40% tras suprimir 5,000 puestos hace dos años.
En el segundo trimestre, SAS anunció nuevas pérdidas de 1,500 millones de coronas (unos 150 millones de euros, US$ 153 millones), frente a 2,400 millones de coronas en el mismo periodo del año anterior.