SoftBank Group anunció un acuerdo con la empresa estadounidense Nvidia para poner fin a la venta a esta última del fabricante de microprocesadores británico Arm debido a “obstáculos reglamentarios significativos” para esta operación multimillonaria.
El proyecto de venta de Arm a Nvidia, líder mundial en tarjetas gráficas, se había anunciado en setiembre del 2020 y debía concretarse a principios de este año, pero encontró fuerte oposición de distintas autoridades reguladoras, preocupadas por la posición central en la industria de los semiconductores que podía alcanzar el grupo estadounidense.
En diciembre, la autoridad estadounidense de la competencia FTC recurrió a la justicia administrativa para bloquear la transacción. La Comisión Europea y el regulador británico estaban investigando la operación, en la que Londres veía un riesgo para la seguridad nacional.
SoftBank Group precisó que conservará US$ 1,250 millones que Nvidia pagó en el momento de la firma del contrato de venta de Arm y que era no reembolsable.
Esta suma se registrará como beneficios en los resultados del grupo japonés en el cuarto trimestre del curso fiscal 2021-2022 (enero-marzo).
Pero lo que deja de ganar SoftBank Group es mucho más: el precio de venta de Arm era de US$ 40,000 millones al comienzo y su valor había aumentado considerablemente puesto que una parte del pago era en acciones de Nvidia, que se dispararon el año pasado.
El gigante japonés de inversiones en nuevas tecnologías cuenta con reintroducir Arm en bolsa antes de finales de marzo del 2023, según un comunicado.
En paralelo, el grupo publicó un magro beneficio neto de 29,000 millones de yenes (US$ 251 millones) en el tercer trimestre de 2021-2022.
Esto representa un hundimiento del 97.5% en un año, pero supone una mejora respecto al segundo trimestre, en el que el grupo encajó pérdidas netas de unos US$ 3,400 millones, víctima de la caída en bolsa de varios de sus principales activos como Alibaba, Didi Chuxing o Coupang.