Royal Dutch Shell respondió al llamado de un fondo activista para que la compañía se divida, asegurando por voz de altos ejecutivos que sus negocios funcionan mejor juntos que separados.
El fondo de cobertura Third Point, que ha construido una gran participación en Shell, pidió el miércoles a la petrolera que se divida en varias firmas para mejorar su desempeño.
La iniciativa fue la última andanada contra los gigantes mundiales del petróleo y el gas, que se enfrentan a los llamados de los gobiernos y los inversores conscientes del clima para cambiarse a las energías renovables mientras satisfacen los altos niveles actuales de demanda de combustibles fósiles.
Shell, junto con otras grandes petroleras europeas, se ha fijado objetivos para alejarse lentamente de la producción de petróleo mientras invierte en fuentes de energía no fósiles como la solar y la eólica.
El multimillonario Daniel Loeb, quien dirige Third Point, dijo el miércoles que la compañía está siendo empujada en “demasiadas direcciones diferentes” y debería considerar separar su producción de energía de los negocios de energías renovables y gas natural licuado (GNL), una noción rechazada por las autoridades de la firma.
“Desde una perspectiva financiera, creo que podría sonar realmente interesante dividir esto en partes”, dijo la presidenta financiera, Jessica Uhl.
“No obstante, en términos de soluciones reales, creo que eso se rompe y nuestra capacidad para integrar y unir estas diferentes piezas del rompecabezas será la forma en que marquemos la diferencia en la transición energética”, agregó.
El presidente ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, afirmó que la estrategia de Shell es coherente y bien comprendida por la mayoría de sus accionistas. Loeb no respondió a una solicitud de comentarios el jueves.
En los últimos dos años, las acciones de Shell han registrado un rendimiento total negativo de 16%, según datos de Refinitiv Eikon.
Esos rendimientos están por detrás de los gigantes estadounidenses Exxon Mobil Corp y Chevron Corp, aunque durante un periodo más largo, Shell y otras empresas europeas han superado a sus pares de Estados Unidos, que se han centrado menos en la reducción de emisiones y las inversiones renovables.
Shell reportó ganancias en el tercer trimestre de US$ 4,130 millones, por debajo de las previsiones de los analistas.