El nivel de morosidad en los créditos otorgados por las Cajas Rurales ha registrado una fuerte alza en los últimos meses.
Así, los créditos atrasados (vencidos y en cobranza judicial) han pasado del 8% de la cartera total en diciembre del 2021, al 12.3% en diciembre del 2022, reportó MicroRate, agencia clasificadora de riesgo en el sector microfinanzas.
Este aumento supera ampliamente a lo registrado a nivel de las Cajas Municipales y en la banca múltiple, en el cual, los niveles de morosidad se han mantenido prácticamente estables (ver cuadro).
Al respecto, Eduardo Zúñiga, analista de riesgos de la agencia MicroRate, refirió que se considera “preocupante” cuando el nivel de atraso en el pago de los créditos supera el 10%.
“Podría significar que hay problemas estructurales en la entrega de créditos. Es un indicio de que el proceso de monitoreo no está funcionando adecuadamente”, subrayó.
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El reporte de MicroRate también muestra que, en las Cajas Rurales las deudas atrasadas por más de 30 días representan al 30.2% de la cartera morosa, las deudas atrasadas por más de 60 días al 26.4%, los atrasos por más de 90 días al 23.5% y por más de 120 días al 19.9%.
Son seis las Cajas Rurales que operan en Perú: Raíz, Los Andes, Prymera, Incasur, Del Centro y Cencosud Scotia.
Protestas sociales afectan tasa de morosidad
Jorge Delgado, presidente de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas del Perú (Asomif) -gremio que reúne a las Cajas Rurales y otras entidades enfocadas en el sector financiero- refirió que el alza de la morosidad se debería al impacto en las micro y pequeñas empresas (mypes) ante las protestas sociales de los últimos meses, ya que estas tienen mayor presencia en las zonas en conflicto.
“Muchas no pudieron cumplir con sus obligaciones financieras debido a los menores ingresos recibidos. Esto sobre todo en diciembre y en enero de este año también la morosidad se debe haber visto afectada”, subrayó.
Agregó que las entidades financieras buscarán refinanciar o reestructurar las deudas, y en último caso, absorber las pérdidas. Asimismo, estimó que hacia adelante serán más rigurosas al evaluar la entrega de futuros créditos.
Cabe recordar que, en una anterior nota de Gestión se había reportado sobre el problema de las mypes para cumplir con sus obligaciones crediticias. Así, se estimó que el 50% de las mypes del sur del país tuvieron problemas en diciembre para cumplir con el pago de sus créditos (Gestión 25.01.2023).
Por su parte Rosanna Ramos-Velita, presidenta del directorio de Caja Los Andes, refirió que es importante diferenciar a las entidades financieras, no solo por el tipo de licencia, sino también por el tipo de mercado que atienden y, en segundo lugar, el tamaño de la institución.
“Las Cajas Rurales atienden las microfinanzas, y son entidades pequeñas a medianas. Cualquier movimiento en la cartera afecta más a una entidad pequeña o mediana que a una más grande, como las Cajas Municipales en general o a un banco. Esos ratios de morosidad hay que revisarlos con detenimiento, para ver por dónde viene el deterioro y por qué afecta a unas más que a otras”, señaló.
Asimismo, indicó que Los Andes desde hace más de un año y medio está generando utilidades con un modelo sólido y de impacto social. “Hay otras cajas y financieras que atienden el mismo mercado y sí están en situaciones muy precarias y es ahí donde viene el análisis. Incluir a las financieras que están en este segmento y algunas de las Cajas Rurales que sirven a los empresarios, sobre todo informales. A distinción de muchas de ellas, Caja Los Andes no ha recibido salvataje del gobierno”, agregó.
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