Huawei Technologies ha acumulado participaciones en empresas chinas de semiconductores y otros negocios de tecnología mientras refuerza su cadena de suministro frente a la presión de Estados Unidos.
Habo Investments, creada por Huawei en abril del 2019, ha cerrado 17 acuerdos para comprar participaciones en empresas tecnológicas chinas desde agosto del año pasado, según registros públicos.
El brazo de inversiones de la firma se estableció en respuesta a lo que el presidente rotativo de Huawei, Guo Ping, describió la semana pasada como una “supresión” por parte de Estados Unidos tras la escalada de las restricciones, que han privado a la firma del suministro de muchos chips del extranjero y le han impedido fabricar los suyos propios.
“Dado que Huawei es sólo una empresa, utilizamos la inversión y la tecnología para ayudar a madurar a nuestros socios de la cadena de suministro”, indicó Guo.
La empresa se ha convertido en una de las principales razones del deterioro de las relaciones entre Washington y Pekín, ya que el gobierno de Donald Trump alega que el mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones del mundo podría espiar para China, algo que la empresa ha negado varias veces.
El impulso inversor de la firma también coincide con los esfuerzos del gobierno chino por potenciar el sector de los semiconductores, que todavía está por detrás de los productores como Estados Unidos, Corea del Sur y Taiwán.
Persiguiendo chips
Si bien las inversiones podrían ayudar a Huawei en el futuro, los analistas dicen que hasta ahora no han contribuido demasiado a paliar las deficiencias en la cadena de suministro, que están socavando su otrora floreciente negocio de teléfonos inteligentes y que podrían llegar a amenazar sus negocios de equipos de red básica.
“Llevará mucho tiempo”, explica un inversor chino de chips. “Pero no tienen demasiadas opciones, por lo que deben recurrir a la inversión en el exterior”.
Huawei declinó hacer comentarios sobre las operaciones de inversión de la compañía.
La mayoría de los acuerdos de Habo Investment han sido con empresas chinas fabricantes de chips, algunas de las cuales se han convertido en parte de la cadena de suministro de Huawei.
Vertilite, que fue fundada en el 2015 y recibió una inversión de Huawei este año, fabrica sensores VCSEL que alojan la tecnología de reconocimiento facial en cámaras.
La compañía no respondió a una solicitud de comentarios, pero uno de sus inversores apuntó que los sensores son usados en varios teléfonos móviles de Huawei.
En cualquier caso, muchos de los negocios que Huawei ha respaldado están todavía en una fase temprana de desarrollo.
“La mayoría de estas empresas son pequeñas, de nicho, muy buenas en lo que hacen, pero no necesariamente competitivas a nivel mundial”, apunta Ivan Platonov, especialista del sector en la empresa de análisis EqualOcean.
Shoulder Electronics, por ejemplo, fabrica filtros de radiofrecuencia que permiten las comunicaciones inalámbricas, pero aún no ha logrado la compatibilidad con los teléfonos 5G.
3Peak, que también recibió una inversión de Habo este año, fabrica convertidores analógico-digitales (ADC) utilizados en las estaciones base de las redes inalámbricas.
No obstante, Estados Unidos domina este sector del mercado y 3Peak generó sólo 300 millones de yuanes (US$ 43.99 millones) en ingresos el año pasado, según un documento que publicó antes de cotizar en el mercado STAR de Shanghái.
3Peak no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios de Reuters.
El portafolio de Habo también incluye compañías fuera del núcleo de operaciones de telecomunicaciones de Huawei.
A finales del mes pasado la empresa cerró una inversión en Open Source China, un negocio con sede en Shenzhen tras el que se encuentra Gitee, rival chino de la plataforma de codificación estadounidense GitHub.
Gitee tampoco respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Habo suele adquirir participaciones del 5% a 10%, según registros públicos, aunque las valoraciones no han sido reveladas.
Cambio de ritmo
Las recientes inversiones marcan un cambio de ritmo y de táctica para Huawei, aumentando la frecuencia de dichas transacciones y centrándose en empresas nacionales en lugar de extranjeras.
En el 2013, por ejemplo, Huawei adquirió la empresa de fotónica Calopia, con sede en Gante. Al año siguiente compró Neul, un fabricante británico de chips para el sector del internet de las cosas (IdC).
“A Huawei le gusta realizar su propia investigación y desarrollo. Por lo tanto, la inversión o adquisición se lleva a cabo sólo como último recurso. Por eso tiende a dirigirse a empresas tecnológicas estadounidenses o europeas”, resume un exempleado de Huawei que en su día ayudó a buscar objetivos de adquisición.