Salas Maceradas tenía apenas dos meses en el mercado cuando el coronavirus llegó al Perú. Al igual que la mayoría de emprendimientos, esta empresa dedicada a la producción de alas de pollo marinadas y congeladas tuvo que paralizar sus operaciones. Sin embargo, con el paso de las semanas, encontró una oportunidad en la crisis.
“La gente no podía salir de su casa y este es un producto que permitía escapar de la rutina. Entonces reactivamos el negocio, nos dedicamos a la producción y crecimos a triple dígito en cuarentena”, comenta Fabiola Rodriguez Rios, quien es fundadora junto a Piero Cruzado, de Salas Maceradas.
La demanda creció y se vieron en la necesidad de desarrollar una línea de producción en una pequeña planta (San Juan de Miraflores). Salas Maceradas produce tres tipos de alas de pollo (dulces, saladas y picantes). Rodriguez destaca que no usan preservantes ni colorantes en su elaboración.
Supermercados
Desde hace tres meses, la marca ha ingresado al canal retail. Salas Maceradas ahora está en 16 tiendas de Wong en Lima y dos en Trujillo.
Pese a que se trata de la opción más cara de la góndola (S/ 30 por 900 gramos de alas de pollo), Rodriguez comenta que la demanda ha ido al alza. “Sabemos que es un segmento que se mueve mucho por el precio. Pero precisamente nos diferenciamos por ofrecer un producto distinto, con altos estándares de calidad”, indica.
El ingreso de Salas Maceradas a Wong llevo a duplicar la producción mensual de la empresa, que pasó de media tonelada de alas de pollo a una tonelada. El 90% se destina al supermercado de Cencosud y el 10% corresponde a la demanda de tiendas especializadas.
Planes
Fabiola Rodriguez Rios comenta que en el corto plazo se diversificará el portafolio de productos de Salas Maceradas.
“La idea es ir un poco por los chorizos, la charcutería, la carne de pato. Todo bajo el paraguas de marinados. También estamos evaluando la posibilidad de elaborar productos vegetarianos”, detalla.
La fundadora comenta que posiblemente el próximo mes la marca ingrese a supermercados Metro. Para cubrir la nueva demanda, la empresa tendría que ampliar la capacidad de producción de la planta o mudarse a una nueva. El siguiente paso sería la exportación. Rodriguez adelanta que el primer destino sería Colombia y, eventualmente, Estados Unidos.
Congelados
La fundadora de Salas Maceradas comenta que la venta de congelados creció en un 300% tras la llegada de la pandemia.
A nivel mundial, el mercado de alimentos congelados está consolidado en Europa y en Norteamérica. Así, mientras que en Estados Unidos el consumo anual promedio es de alrededor de 27 kilos por persona, el Latinoamérica apenas llega a 4 kilos.
“Antes de la pandemia, en Perú la gente era reacia a consumir congelados debido a que está acostumbrada al pollo fresco. Sin embargo, debido a las restricciones y las limitaciones para comprar, los hábitos empezaron a cambiar. Ahora se entiende que es mucho más práctico tener un producto congelado que puede guardarse en buenas condiciones”, explica.