Rivulis, empresa dedicada a soluciones de microrriego para la agroindustria y los pequeños agricultores, cerró un 2022 positivo con más de 20% de crecimiento en su facturación respecto del 2021. Hablamos de un total de aproximadamente US$750 millones a nivel global, de los cuales US$30 millones corresponden al Perú.
Este crecimiento, de acuerdo con Arkin Demir, director general para Centro y Suramérica de Rivulis, ha estado impulsado por los grandes proyectos agroindustriales, aunque también destacan a los de la pequeña agricultura, que representan el 50% de sus ventas.
Por ello, este año se espera seguir creciendo en base a estos dos motores, logrando unos US$35 a US$40 millones en ventas. “Creemos que habrá mucha demanda por el lado de grandes proyectos. En el caso de los agricultores, estos cuentan con menos fondos en este momento por la dificultad que han tenido en los últimos meses de vender sus productos”, dice el ejecutivo.
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Pero, ¿qué se busca hacia adelante? La apuesta más fuerte de Rivulis, que opera en Perú desde 1998, sería establecer una fábrica de sus productos (de microrriego) en unos dos años. “Todavía importamos desde México y Chile, así que lo más probable es que ese sea el próximo paso de la compañía en el país”, admite Demir.
La inversión para una planta en el Perú estaría rondando entre US$15 millones y US$30 millones. Según el directivo, se han analizado ciudades como Lima y también algunas del norte del país como escenarios.
Atención a agroindustriales
Demir comenta que a través de su red de distribución y de manera directa atienden a la mayoría de los agroindustriales de todo el país, desde Piura hasta Tacna, en los tres principales cultivos: arándanos, palta y cítricos. Cuenta que una agroexportadora puede destinar entre US$3 millones hasta US$6 millones en toda una solución de riego para sus cultivos, lo que incluye desde máquinas hasta dispositivos satelitales.
Para atender a este tipo de empresas y a las de menor tamaño, el directivo indica que la novedad para este año es el fondo de crédito por US$50 millones para financiamiento. “El acceso a crédito es un problema global. Lo que vamos a ofrecer son soluciones financieras de pago entre 5 y 7 años”, dice Demir, quien precisa que los sistemas de riego tienen un retorno de la inversión que oscila entre los 2 y 3 años.
Tecnificación del agricultor
Una de las metas de Rivulis es contribuir a la tecnificación del pequeño agricultor, que es el 93% del total en el país. Sobre todo, según Demir, porque el país tiene un gran potencial como exportador de cacao, café, quinua, castaña y estevia.
“Se necesitan juntar actores como Danper, Camposol y las autoridades del Midagri para crear un proyecto de 3 a 5 años sobre cómo tecnificar a los agricultores”, propone el ejecutivo, quien sostiene que más del 90% de agricultores usan dos o tres veces más agua de la que necesitan en sus campos. “Se necesitar usar eficazmente el recurso hídrico para lograr que tenga un mejor rendimiento”, agrega.
“En el sur, a raíz de las protestas, hemos tenido tolerancia de pago con los clientes. Compredemos que muchas empresas han tenido dificultad para sacar sus productos”
Demir apunta que en conjunto con algunas embajadas se han elaborado programas para demostrarle a las empresas cómo se puede aprovechar mejor el agua para riego. “Perú tiene 11 millones de hectáreas de terreno, pero el agua es escasa en la costa. Con programas dirigidos a mejorar el riego y la tecnificación de este sector se puede doblar los US$10 mil millones de exportaciones registradas el año pasado”, explica.
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