Cuando hablamos de los inicios del retail, lo primero que nos trae la memoria son las galerías comerciales. De hecho, se dice que son las primas hermanas de los centros comerciales, y es que en estos recintos se originó la concentración de la oferta comercial, sea por categorías o especialidades.
Pero una de las características que tenía ese modelo de negocio, que aún persiste en varias zonas de Lima –mayormente en las periferias – ha sido el regateo, dice Ernesto Aramburú, director gerente de Inversiones y Asesorías Araval. “Hoy sigue siendo usado por muchos clientes, es la esencia del retail tradicional”, anota.
“Es como comparar un mercado de alimentos y un supermercado, en el que en este último la oferta en frutas y verduras es generalmente limitada a un tipo o clase y a un precio fijo, y en el mercado que se caracteriza por una mayor oferta pueden encontrase muchas variedades y en diferentes puestos que ofrecen mercadería con sus matices de precio, tamaño y calidad, además de las tradicionales “fiado” y la “yapa””, comentó.
Sin embargo, los mercados evolucionan, al igual que el cliente. El sentimiento aspiracional lo hace optar por un mall cerca a su casa que por una galería, aunque todavía hay algunos arraigados a sus costumbres. Pero viendo este panorama, las galerías han comenzado a reaccionar ante el avance de los centros comerciales y su competencia.
“Pero no es una tónica en todo el sistema, sino en aquellos en que tienen muy cerca a los formatos modernos”, dice el experto, quien estima que no muchos han seguido esta línea, pero sí un grupo de 20 galerías que lo han hecho y con éxito.
“En los últimos años las ventas en los formatos tradicionales han crecido más que en los centros comerciales modernos, lo que significa que hay un público fiel a este tipo de oferta”, agregó.
Un poco de historia
¿Cómo se dio este cambio? Pues vino con la modernización visual, de merchandising, de oferta y sobretodo, por orden y limpieza de los “polvos”, tanto los Azules y Rosados – estos últimos ya entrando más de lleno a un formato de mall - Fevacel en Lima Norte y algunas de las galerías de Gamarra y San Borja, dijo.
En paralelo, agrega Aramburú, aparecen las galerías especializadas como las artesanías de la avenida Petit Thouars, las de computación en la av. Wilson, entre otras.
“Hay otras que se van modernizando lentamente como las galerías de la avenida Grau a las que les es difícil una mejora radical por la cantidad de puestos existentes, y que estos sean de propiedad de los mismos comerciantes, que solo permite un cambio de piso, de cielo y de iluminación pero poco se puede hacer en cuanto a distribución y espacios comunes y esto los hace muchas veces inseguros”, refirió.
Ejemplos de migración en materia comercial son las galerías El Reloj y otras similares ubicadas en Las Malvinas ó el Centro Comercial Las Vegas Plaza, en Puente Piedra o El Hueco.
Un cambio y mayores ingresos
Pero todo cambio trae esfuerzo, y a la vez satisfacción; las ventas se elevan considerablemente ya que se atrae a mucho más público. “Y esto se repite en un espiral”, señala Aramburú.
“Al crecer las ventas sus ganancias son mejores ya que aparecen sinergias, los costos suben menos que las ventas y si bien muchas veces reducen en algo el margen el pxq (precio por cantidad) es muy superior. Estas mejoras pueden incrementar un 30% a 50% sus ganancias”, agrega el ejecutivo.