Con miras a revalorizar la educación técnica y profesional en la región, 8 instituciones educativas de Perú, Argentina, Chile, Paraguay, Ecuador y Colombia conformaron la RedTec Latam, la primera asociación latinoamericana de institutos superiores en el continente. Todos los centros de educación suman un promedio de 220,000 alumnos.
En nuestro país, la iniciativa la encabeza InLearning institutos (Zegel IPAE, IDAT y Corriente Alterna). Daniel Alfaro, asesor de la asociación y exministro de educación, conversó con Gestión sobre la iniciativa y los cambios que ha atravesado la educación técnica en el país.
¿Cuál fue el mayor impacto que tuvo la pandemia en la educación superior?
Provocó una caída drástica en la transición de egreso de la secundaria a la educación superior. Antes de la pandemia, en 2019, el 35% de los egresados de secundaria pasaban a la educación superior, pero en el 2020 el porcentaje cayó al 20%. Además, los egresados de secundaria vienen de tener dos años de educación a distancia tras 76 semanas de escuelas cerradas, que es el doble del promedio de Latinoamérica.
Centrándonos en la educación técnica, ¿se ha visto moldeada por alguna tendencia importante?
Según la última encuesta ocupacional del Ministerio de Trabajo, de todos los puestos permanentes que las empresas van a contratar, el 60% es con secundaria completa y el resto es con educación superior. De esa demanda, 3 deberían ser técnicos y 1 universitario. Sin embargo, cuando volteamos la mirada a la oferta formativa, por cada 4 matriculados en educación superior, tienes a 3 en la universidad y a 1 en un instituto técnico, lo que nos muestra una desconexión entre el mercado laboral y la oferta formativa.
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¿A qué se debe esta desconexión?
Con el tiempo hemos valorado más el título universitario que el título técnico por una búsqueda de status social. Además, se ha invertido más en universidades que en institutos y eso ha generado una brecha en la percepción de las cualidades de una frente a la otra. Estas dos razones, una más funcional y otra más simbólica, hacen que la preferencia por la educación universitaria frente a la técnica no esté acorde con la necesidad del mercado laboral, pero las cosas están cambiando.
¿Cuál es la situación actual de la educación técnica superior?
Según un informe del Banco Mundial, somos el segundo país de la región con mayor proporción de estudiantes matriculados en estas carreras con un 25%. Aparte, estos egresados ganan hasta un 60% más que los de escuela secundaria sin ninguna educación superior y un 25% más que quienes no culminaron una carrera universitaria.
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¿Cuáles son las carreras del futuro del trabajo?
Una de las conclusiones a las que llegamos en la primera reunión de RedTec Latam es que, para el 2030, el 47% de las ocupaciones podrían quedar en desuso, y este aceleramiento en la renovación de carreras nos indica lo importante que será la transformación digital. Las carreras ligadas a tecnología de información o carreras de programación son de utilidad en varios sectores, por lo que serían las primeras en posición. También resaltan los sectores que tienen gran capacidad de absorción de mano de obra o que están en proceso de industrialización, como el sector agroindustrial; o los de alta especialización, como energías.
¿Cómo surge RedTec Latam?
InLearning institutos identificó que los problemas que teníamos aquí eran compartidos con otros países de la región y que una asociación con más centros le daría visibilidad a la educación superior, potenciaría los talentos locales y formularía una respuesta a las existencias actuales del mercado laboral. Los objetivos son formar una red para nutrir nuestras buenas prácticas y gestiones educativas, cooperar en investigaciones, publicar trabajos interinstitucionales y colaborar en proyectos.
¿Cuáles han sido las principales conclusiones de la primera reunión celebrada en el Perú?
Algo muy importante es fortalecer el vínculo entre el empresario y los institutos. Ambos jugadores deben estar en constante conversación sobre cuáles son las competencias que demandan los empleadores para introducirlas en las mallas curriculares o generar carreras que conecten con esas necesidades específicas.
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