Poco se sabe del potencial geotérmico del Perú especialmente al sur del país. La energía geotérmica, cabe aclarar, es una energía renovable que puede ser obtenida mediante el aprovechamiento del calor del interior de la tierra.
Para que está se vuelva electricidad se extrae el vapor o agua caliente proveniente de la reserva geotérmica ubicada a cientos de metros bajo tierra. Así, el vapor llega a la superficie por medio de un pozo de producción y comienza a mover una turbina conectada a un generador, el que convierte el vapor en electricidad.
Una vez utilizado el vapor, este se reinyecta en forma de agua a la reserva para comenzar el ciclo nuevamente y no alterar el medio ambiente.
En Perú el potencial para el desarrollo de este tipo de energía es cercano a los 3,000 megavatios, desarrollándose -por el momento- dos proyectos ubicados en Arequipa y Moquegua que demandarán un inversión superior a los US$ 1,000 millones. (Ver cuadro)
“El desarrollo de la geotermia tiene sentido en un contexto de reactivación económica. En curso están los dos proyectos que tiene Energy Development Corporation como Achumani, en Arequipa, y Quello Apacheta, en Moquegua. Entre ambos estamos hablando de una inversión superior a los US$ 1,000 millones que se va a dar a lo largo del periodo de construcción de ambos proyectos, que en promedio toma seis años e implica una inyección de capital privado directo que no le va a costar al Estado”, comentó a Gestión.pe el gerente general de Energy Development Corporation Perú (EDC), Franklin Acevedo.
En esa línea, el ejecutivo explicó que Achumani demandará la inversión de US$ 550 millones y generará 100 megavatios en la etapa inicial.
“Ya hemos concluido con los estudios técnicos y preliminares para presentarlo ante el Senace -hecho que se concretó en quincena de julio con la presentación de la evaluación ambiental preliminar (EVAP)- con lo cual ya hemos iniciado el proceso del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Achumani”, acotó.
Con el EVAP, cabe señalar, el Senace determinará si para el desarrollo de este proyecto se requiere una declaración de impacto ambiental, un estudio de impacto ambiental semidetallado o un estudio de impacto ambiental detallado.
Acevedo agregó que esta etapa tomará entre 18 meses a más, lo que le tome al Senace realizar la evaluación del proyecto. “Nosotros necesitamos la aprobación ambiental para pasar -posteriormente- a la etapa de perforación y construcción del proyecto. Nuestro objetivo es iniciar el estudio de impacto ambiental este año o a inicios del 2021, lo que nos va a permitir pasar a las siguientes fases”, manifestó.
El desarrollo de un proyecto geotérmico -dijo- se divide en tres fases. La primera es la exploración superficial para identificar el potencial; la segunda es la perforación hacia el potencial geotérmico bajo tierra y en la que se hace toda la tubería para extraer el vapor de agua y la fase 3 es la construcción de la central.
Para Acevedo, la fase más riesgosa es la segunda fase ya que demanda una inversión considerable, a la que se suma las trabas que aún persistentes y que evitan que más proyectos geotérmicos se desarrollen en Perú.
“La perforación demanda entre US$ 200 a US$ 250 millones. Para que cualquier desarrollador invierta esa cantidad, necesita contar con un contrato de suministro que le garantice el retorno de la inversión. Lamentablemente en el Ministerio de Energía y Minas no lo logran entender por lo que ahí radica la principal traba que evita la llegada de más inversionistas”, detalló.
La traba es que en los cuatro subastas RER (2009, 2011, 2013 y 2016) no se han incluido a la energía geotérmica, pese a ser reconocida como energía renovable.
“La subasta RER significa competencia y estamos de acuerdo con ello. Somos la única empresa que está invirtiendo y lo continúa haciendo -en pleno estado de emergencia- por lo que creemos que vamos a poder aterrizar en un precio adecuado y competitivo en la subasta, pero lo que necesitamos del Ejecutivo -en este caso del Ministerio de Energía y Minas- es que se incluya a la geotermia en las subastas RER. Legalmente se nos reconoce como renovable por lo que no tiene sentido de que no se las incluya”, subrayó.
Añadió si es por el precio, recordó que la energía solar se presentó con un precio de US$ 270; la eólica US$ 120 y la biomasa también en US$ 120, “la geotermia con un precio de US$ 100 a US$ 110 tranquilamente pudo ser considerada en el mecanismo de subastas”.
-Quello Apacheta-
El ejecutivo indicó que en proyecto ubicado en Moquegua -que tienen un potencial de 100 megavatios- se están concluyendo los estudios de ingeniería a nivel de factibilidad.
“Queremos avanzar también con el estudio de aguas subterráneas. La ventaja que tiene la geotermia es que solo se usa agua durante la etapa de perforación, después de ello ya no se usa. Teníamos pensado iniciar el proceso de estudio de impacto ambiental este año, pero el COVID-19 nos ha hecho retrasarlo por lo que esperamos iniciarlo a finales del 2020 o a inicios del 2021″, sostuvo.
Dato: En el caso de Achumani se esperaría que la construcción de la central sea entre el 2022 al 2024.
“En el 2022 esperamos que la perforación se inicie, por lo que necesitamos que este año se la incluya en la subasta RER”, dijo. Añadió que además de estos dos proyectos, hay en curso varios solicitudes para la exploración de este tipo de energía en Tacna.
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