El consumidor latinoamericano se enfrenta a expectativas y percepciones afectadas por un entorno de alta volatilidad e incertidumbre. Este contexto se ha visto agravado por el aumento del empleo informal y un importante escenario inflacionario, lo cual ha reducido el presupuesto disponible de los hogares para la canasta básica. Según el estudio Consumer Outlook 2024 de NIQ, el 30% de los consumidores en América Latina anticipó que las condiciones empeorarán a mediano plazo, mientras que el 27% tiene una perspectiva más optimista. En medio de este contexto, ¿Qué oportunidades existen para las marcas?
José Miguel Cruz Fernandez, Office Manager de NIQ Perú, comentó que, desde el punto de vista del consumo en Perú, analizando kilos, litros y unidades transaccionadas, el desempeño ha sido moderado, con incrementos de alrededor de 1 o 2 puntos porcentuales durante los tres primeros meses de 2024.
Durante 2023, el comportamiento del consumidor estuvo influenciado por un aumento en la capacidad adquisitiva, impulsado por estímulos económicos del Gobierno. Este aumento en la liquidez permitió que las curvas de consumo se ajustaran, generando una presión al alza tanto en la demanda como en la oferta.
“Actualmente, el consumidor ya no cuenta con esa inyección de liquidez, y las bandas de precios se han ajustado a 1 o 2 niveles superiores, resultando en un estancamiento del volumen de consumo. Para superar esta situación, se pueden considerar dos estrategias principales: ajustar el surtido y aplicar técnicas de gestión de ingresos o arquitectura de precios”, indicó Cruz.
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Rendimiento por canales comerciales
Desde la perspectiva de los canales, el panorama es bastante estable. Aproximadamente, el 70% de las transacciones se realizan en el canal tradicional (bodegas, puestos de mercado), mientras que el 30% restante se concentra en el canal moderno (autoservicios, supermercados, tiendas de conveniencia y farmacias).
En cuanto a las tendencias en consumo, facturación y precios, el canal tradicional muestra un decrecimiento en volumen de 0.5%, mientras que el canal de autoservicios y supermercados presenta un notable incremento en su desempeño. “Este comportamiento sugiere que, aunque el canal tradicional sigue siendo predominante, el canal moderno está impulsando el movimiento y la rotación del consumo”, indicó.
Observando los precios, el canal supermercado (moderno) ha mantenido niveles estables en comparación con el año anterior, aunque con una mayor disposición a la actividad promocional. El porcentaje de ventas bajo promoción ha aumentado del 20% del año pasado al 30% en el presente, con un incremento de entre 6 y 8 puntos en actividades promocionales.
“El volumen de consumo sigue estando fuertemente relacionado con los movimientos en los precios en Perú, y los consumidores peruanos muestran una alta elasticidad, respondiendo rápidamente a los cambios en los niveles de precios”, explicó Cruz.
Al ser consultado por posibles cambios en esta dinámica hacia el cierre del año, el especialista señaló que las variaciones de canales son cíclicas. Desde el 2020 (debido a la pandemia), el consumidor peruano dejó de ir a las bodegas e inició un boom del canal moderno; sin embargo, esta dinámica cambió en 2022 hasta el momento, donde el tradicional volvió a ganar terreno.
Actualmente, se identifica que el canal supermercado vuelve a recuperar terreno, producto a un mejor y mayor surtido, así como promociones y programas de fidelización. “Vemos que este canal se encuentra en proceso de adopción de determinados insights que funcionan bien en el tradicional, como la cercanía en el trato, entre otros aspectos identificados en el trabajo de campo”, indicó.
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Oportunidades para las marcas
Dentro del estudio, la firma averiguó determinadas recomendaciones que los consumidores harían a los fabricantes frente al aumento de precios. En primer lugar, el 39% de los consumidores solicita a las marcas ofrecer tamaños más grandes, en búsqueda de un costo promedio más bajo; sin embargo, el segundo hallazgo hace referencia a la necesidad de introducir formatos más pequeños para facilitar un desembolso menor.
“Esta dualidad refleja una necesidad de conveniencia en el precio por unidad y una preocupación por los costos inmediatos, por lo que se abren varias oportunidades para los fabricantes”, indicó Cruz.
Según explicó, mientras que los supermercados pueden adaptar sus ofertas para incluir tamaños más grandes, los almacenes tradicionales (bodegas) con espacio limitado podrían enfocarse en ofrecer formatos más pequeños para atender las necesidades diarias de sus clientes.
“Estamos ante dos insights que conviven al mismo tiempo, pero que son completamente distintos. Por ello, un camino para las marcas es realizar diferenciación por canal por medio de un trabajo conjunto entre el espacio comercial, distribuidor y fabricante”, aseguró Cruz.
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Las preocupaciones del consumidor latinoamericano
Nielsen actualizó las preocupaciones del consumidor regional, donde se incluye una muestra del mercado peruano. En concreto, las tres principales se mantienen consistentes en el mismo lugar, iniciando por el aumento de los precios de los alimentos, seguido del incremento de precios de los servicios públicos y la recesión.
Sin embargo, la preocupación por el cambio climático, el bienestar personal, la delincuencia y los conflictos globales ha cobrado mayor relevancia. En contraparte, la capacidad de proporcionar lo básico y la seguridad laboral han disminuido en importancia relativa, pasando del cuarto al quinto lugar y del quinto al noveno lugar, respectivamente.
“En cuanto al gasto del consumidor y la forma en que se enfrenta a la compra, observamos que se están generando ahorros en categorías secundarias y de entretenimiento, como comidas fuera del hogar, delivery, mejoras para el hogar y bienes durables”, indicó el experto.
De otro lado, el directivo señaló que los consumidores están priorizando el gasto en artículos de primera necesidad, como productos básicos para el hogar y alimentos frescos, que son esenciales para su funcionamiento cotidiano.
EN CORTO:
- El impacto en la liberación total de los beneficios económicos como la AFP y CTS para la segunda mitad del año será menor que el último año donde ocurrió el mismo factor, debido a que son menos las personas que mantienen ahorros considerables en ambos fondos.
Licenciado en Comunicación de la Universidad de Lima, con especialidad de periodismo y comunicación corporativa. Actualmente redacto en la sección negocios del Diario Gestión.
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