No solo la producción de pollos y huevos cae en el país como consecuencia —entre otros motivos— de la falta de soya boliviana, ahora también se suma un menor rendimiento de carne por cada cerdo que se cría en las granjas.
Así lo advirtió la gerenta general de la Asociación Peruana de Porcicultores (Asoporci), Ana María Trelles, quien informó que la producción de carne en cerdos —de entre 100 a 110 kilogramos en un periodo de crianza de 150 días— se está reduciendo entre un 5% y 10%; ello, a consecuencia de los bloqueos en Puno que impiden adquirir la soya integral que, antes de las manifestaciones, provenían de Bolivia vía terrestre.
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Trelles indicó que el impacto es mayor sobre todo en los productores de Arequipa, cuya zona con sus aproximadamente 200 granjas, tienen inconvenientes para abastecerse de este producto que viene a representar, en promedio, el 20% de la dieta del cerdo. Añadió que aún cuando existen alternativas, como la soya de Argentina, el transporte vía marítima impulsa a que los precios escalen desde los US$ 550 por tonelada (valor al que antes adquirían) hasta incluso los US$ 950. Además, la oferta también es limitada.
“Arequipa es la segunda región productora de cerdo a nivel de país con un aproximado de 17,000 personas que viven de esta actividad (incluye integrantes de familias), que ha sido muy dependientes de la soya de Bolivia. Entonces, es muy probable que la contracción en su producción sea superior con 10% o 15% y con una población que tiene un consumo per cápita de 20 kilos”, explicó la representante.
Productos sustitutos
La vocera de Asoporci señaló que Lima, como primera región productora de cerdos, tampoco escapa a este problema en el alimento. Sin embargo, el impacto en la producción sería menor al 5%. Esto debido a que los empresarios del sector porcino han recurrido a productos sustitutos, como la proteína de arroz o la harina de pescado, pese a que sus precios son muy superiores a los de la soya boliviana.
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A su vez, reiteró que los empresarios, en lo posible, implementan métodos para ser más eficientes en sus procesos de faenado, ampliando el periodo de crianza para obtener un mayor número de kilogramos por cerdo.
“Tenemos que buscar la forma de mantener la actividad aún con costos altos, pero sin trasladarlos de manera importante al consumidor. La carne de cerdo tuvo un aumento de S/ 1 el año pasado, dado que ya venía afectado por el encarecimiento de insumos”, anotó.
En ese sentido, destacó que actualmente, los productores venden en promedio a US$ 3 el kilogramo; no obstante, alrededor de US$ 2.90 son costos de producción. “Y de estos US$ 2.90, el 80% es representado por la alimentación con productos como el maíz y la soya”, agregó Trelles, quien dijo esperar que en estas semanas se pueda normalizar el flujo de soya desde el país altiplánico.
Es importante destacar que en el país el consumo per cápita de carne de cerdo aumentó desde los 8.6 hasta los 9.7 kilos; influenciado, según Asoporci, por el sector Horeca y también por una cantidad importante de emprendimientos que tienen como estrella al porcino.
“En el Perú tenemos cerca de 600,000 familias que dependen de esta actividad y se sitúan, principalmente, en Lima, Arequipa, La Libertad e Ica. La mayoría son pequeños productores”, finalizó.
A nivel nacional, existen 600 granjas de cerdos, de las cuales, 200 se encuentran en Arequipa.
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