Frente a menores ventas, los comerciantes del emporio comercial de Gamarra recurren a estrategias que les permitan liberar stocks acumulados por una menor rotación de mercadería.
La directora de la Asociación Peruana de Industriales Confeccionistas (APIC), Valeria Mezarina, ante esta situación, adelantó que iniciarán ferias descentralizadas al interior del país para liberar mercancía como buzos, pantalones, chompas, casacas, entre otras prendas, que no se lograron vender en el clúster textilero.
“Estamos a un 40% de lo que vendimos el año pasado durante la campaña otoño-invierno, que si bien aún no culmina, la rotación está muy lenta. Necesitamos encontrar maneras de de tener liquidez para la producción de la campaña de primavera-verano, que empieza en agosto”, añadió sobre esta estrategia de corto plazo.
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De este modo, Mezarina explicó que apuntan a que las ferias se inicien en julio próximo, con el arribo de los confeccionistas a ciudades del sur del país, principalmente. La primera opción para el desarrollo de estos espacios comerciales es Arequipa, seguida de Puno y Ayacucho, cuyas regiones son más intensivas en la adquisición de ropa que abriga.
“Los conflictos sociales de inicios de año dejaron afectados a estos departamentos, los cuales redujeron sus pedidos de prendas en casi un 50%. La idea es acercarnos a ellos, así esto implique un costo adicional a los confeccionistas, para colocar la ropa al por menor en estas zonas”, explicó.
La representante indicó que en esta primera fase, los confeccionistas que serán parte de estas ferias son 30. En las siguientes etapas se irán incorporando más socios de APIC. “No es la primera vez que hacemos ferias de ropa. Ya lo hemos hecho antes en Lima y en otros lugares y hoy lo retomamos para dinamizar la venta al por menor”, agregó.
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Temperaturas reducen compras
En lo que respecta a la zona costa, Mezarina manifestó que la reducción de las compras tiene justificación en las temperaturas elevadas que aún se mantienen, las cuales disuaden las compras de temporada de otoño. A esto se suma que la capacidad económica del consumidor también cayó, por lo que ahora prioriza sus alimentos de la canasta básica familiar por encima de otros gastos.
“Y esto se ve incluso en la ropa de niños, cuyas prendas antes eran compradas por docenas por las mamás y hoy esto se ha extinguido a las unidades”, anotó.
La portavoz destacó que la menor venta también se condice con una caída en el tránsito de compradores, quienes antes estaban alrededor de 300,000 y 400,000 diarios y hoy apenas llegan a los 150,000 por día.
En torno al descenso de las ventas a consecuencia del clima aún caluroso, el Gremio de Indumentaria de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) advirtió que El Niño Costero estaba afectando a toda la cadena de abastecimiento local, paralizando las transacciones de prendas de franela, manga larga, chompas, pantalones y otros vestuarios que empiezan a comercializarse desde mediados de marzo.
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