En medio de cambios en los hábitos de consumo y una creciente reorientación de las bodegas pisqueras hacia el vino, la producción de esta bebida mantendría el 2023 el crecimiento que viene experimentando desde hace pocos años (alrededor de un dígito). Sin embargo, el fenómeno El Niño amenaza con alterar el buen aroma, color y sabor que este negocio muestra desde el 2021.
Pedro Cuenca, director del Salón del Vino Peruano y gerente general de la distribuidora Perú Vino, señaló que los campos de uvas están experimentando temperaturas más altas de lo normal, debido al referido evento climático. Así, los productores observan un crecimiento anticipado y atípico de hojas y tallos. “El 2023 ha sido bueno, pero el 2024 será un año difícil. El clima tendrá un impacto negativo en la viticultura. Hay que adaptarnos y tomar medidas”, comentó a Gestión.
Por su parte, Johana Fabián, representante de la marca de vinos Raíces Negras, también advirtió que las temperaturas en estas fechas ya deberían ser menores para asegurar una buena temporada. “Se requiere tener una temporada de invierno previa a la poda. Que haya sol confunde a las plantas. El panorama del fenómeno El Niño nos alarma un poco”, anotó en la reciente edición del Salón del Vino Peruano 2023.
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A tomar medidas
Ante los riegos asociados al fenómeno El Niño, Cuenca indicó que las bodegas ya están tomando medidas en el campo. Asimismo, refirió que también vienen informando a los clientes sobre los potenciales escenarios, pero requieren apoyo público. “Falta mayor orientación técnica. El Estado debe intervenir para ayudar a estas empresas, la mayoría de las cuales son pequeñas”, dijo.
En tanto, Fabián reconoció la importancia de ir mejorando las técnicas agrícolas para enfrentar los desafíos climáticos cada vez más recurrentes. “Con el clima hay factores que no podemos controlar y debemos prepararnos”, sostuvo.
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Producción y consumo de vino
En Perú, la producción anual de vinos supera los seis millones de litros y crece a una tasa pequeña (un dígito), pero constante desde los últimos años, reportó Cuenca. El consumo per cápita pasó de 0.8 a más de 4 litros entre el 2013 y el 2023. “Y seguirá subiendo porque Perú es un país muy joven en consumo de vino. Estamos aprendiendo a consumir vino, sobre todo el peruano”, manifestó.
Sin embargo, admitió que hay un largo camino por recorrer, pues la producción peruana es realizada, según su registro, por alrededor de 56 bodegas, mientras que países cercanos como Argentina tienen 1,200 bodegas. En España, una sola bodega produce hasta cinco millones de litros de vino al año.
Del volumen nacional, menos del 20% se exporta, principalmente a Estados Unidos, Francia e Italia. La apertura de mercados se apalanca en las siete bodegas grandes del Perú, que vienen desarrollando vinos premium y empleando uvas “patrimoniales” (usadas tradicionalmente para pisco).
Para bodegas y marcas como Raíces Negras y Tres Generaciones, el 2023 será un año de crecimiento en la producción de vino, tras su reciente incursión en este negocio. Si bien la primera contempla exportaciones de esta bebida todavía en un mediano plazo, la segunda confía en hacerlo desde el presente año.
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Bachiller en Comunicación Social (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Trabajé en radio y prensa escrita y, desde el 2013, soy redactor de la sección de Negocios del Diario Gestión.
