Petróleo Brasileiro (Petrobras) planea pagar a sus accionistas US$ 34,000 millones en dividendos en los próximos cinco años a medida que reduce la deuda y vende activos para apuntalar sus finanzas, dijo el director ejecutivo de la firma, Roberto Castello Branco.
El plan es un cambio importante para el productor estatal de petróleo que había mantenido los pagos a sus inversionistas en el nivel mínimo que exige la ley en Brasil, o cerca de él, desde el 2018, después de suspenderlos por completo en el 2015, mientras intentaba hacer frente a una desaceleración de la industria petrolera y una gran investigación de corrupción. La distribución en el 2018 fue de aproximadamente US$ 1,700 millones.
La reanudación de los dividendos generosos por los que alguna vez fue conocida la compañía es la última medida de Castello Branco para recuperar inversionistas.
El ejecutivo designado por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha estado recortando costos, al tiempo que aumenta la producción de crudo de la compañía, enfocándose en aprovechar las enormes reservas en aguas profundas de la compañía.
El productor, que alguna vez fue la compañía más endeudada de la industria, ha reducido su deuda neta a aproximadamente US$ 75,000 millones a fines del tercer trimestre, frente a los cerca de US$ 95,000 millones al fines del primero. Castello Branco asumió el cargo en enero.
La compañía comenzó a obtener ganancias en el 2018, después de cuatro años de resultados negativos. Petrobras necesitó más de cinco años de su generación de efectivo para pagar su deuda cuando su calificación se rebajó a territorio chatarra en el 2015.
Petrobras debería pagar US$ 3,000 millones en dividendos el próximo año y aumentar el monto después del 2021, cuando una reducción de la deuda bruta a US$ 60,000 millones provoque la creación de una norma interna para entregar mayores pagos, dijo Castello Branco.
Petrobras tiene el objetivo de reducir su deuda a 1.5 veces sus ganancias antes de ciertos ítems para fines del 2020.