La industria deportiva se mueve en gran porcentaje gracias a los sponsors, por lo que procuran mantener una reputación íntegra y apuestan por jugadores destacados. Sin embargo, por distintos factores, no siempre se cumplen los contratos respecto a la permanencia del jugador, por lo cual es necesario negociar para reestructurar los acuerdos entre el club y los patrocinadores.
Contratos ante un nuevo fichaje
Cuando va a ingresar un nuevo jugador al club, los sponsors están dispuestos a cambiar los parámetros del contrato, si consideran que el deportista va a tener impacto con su presencia dentro de la cancha.
“El contrato de sponsoría hace que apuesten por la camiseta del club, en los baños del estadio, en la publicidad del club en redes, a veces le ponen el nombre de la marca al estadio, hay diferentes posibilidades. Si un sponsor apuesta por el club pensando qué jugador va a llegar, ese contrato tiene una causa económica detrás”, explica Ricardo Mego, abogado especialista en derecho contractual, patrimonial y derecho corporativo, socio de MOAR Abogados.
Sin embargo, así como están dispuestos a incrementar el aporte económico, también puede haber circunstancias en las que decidan lo contrario.
“Cuando un sponsor se fija en un club deportivo, se estipula en el contrato ciertas condiciones. Si yo soy el club esponsorizado, las tengo que cumplir. Si patrocino a un club deportivo, yo no esperaría que las condiciones se cambien, salvo a situaciones de fuerza mayor”, indica Sergio Cuervo, docente de Marketing Digital y Comercio Electrónico de ESAN.
Por su parte, Mego compara el tema con el de Paolo Guerrero: “al haber diferencias mediáticas entre el jugador y el club, las marcas ya no van a tener la exposición esperada, sino que se pone en riesgo que la marca sea asociada a una relación negativa”.
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¿Qué pasa si no se estipula una penalidad en el contrato?
El sponsor espera que el contrato se respete, pero si el jugador tiene acciones que lo perjudiquen va a desistir de continuar trabajando con él y con el club porque los seguidores vinculan a los tres protagonistas por igual.
Sergio Cuervo indica que “el objetivo de auspiciar es que también se genere retorno. Si lo vemos desde un deportista, se espera una mayor cantidad de personas que puedan asistir a tu partido, los asociados, el público, el merchandising, para que vean a la marca también. Si este no cumple, el objetivo de la marca no se cumple”.
Por ello, el especialista en marketing recomienda realizar una investigación y evaluación antes de llegar a un acuerdo con el club y el deportista, con respecto a los antecedentes que pueda tener para evitar inconvenientes o escenarios negativos que alteren la buena reputación de la marca.
Si este escenario no se presenta, en el contrato que firma el deportista y el club se establece una penalidad, por si una de las partes no cumple con lo acordado y desea retirarse. Esta penalidad es una alta suma de dinero que la entidad usará para pagar a los sponsors por la inversión que ellos también realizaron en el jugador.
Ricardo Mego considera dos tipos de daños que pueden ocasionarse:
- Daño emergente: cuando el club pierde dinero hasta la fecha en la que el jugador decide retirarse; es decir, pasaje de viajes, vestimenta, abogados, alquileres, etc.
- Lucro cesante: se refiere a la utilidad que se hubiese obtenido si el jugador no toma la decisión de retirarse; es decir, las ganancias a futuro, las utilidades de los sponsors, la publicidad y estrategias de marketing, todas las utilidades que se proyectaban con el jugador.
Ambas pérdidas se consideran en la mencionada cláusula que el jugador tiene que acatar para retirarse del club. Pero, ¿qué sucede cuando no se ha acordado este monto de dinero?
Por su parte, Gustavo Martínez, tributarista de TPC Group, menciona que el club puede buscar formas de mitigar el impacto monetario que traerá consigo la salida del jugador.
“Algunas acciones a tomar es renegociar el contrato o a una compensación alternativa que se pudiese fijar. La renegociación del contrato o un acuerdo de resolución para que las partes no se vean afectadas, pero de todas maneras habrá una afectación económica para el club”, señala.
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El club o el sponsor: ¿Quién pierde más?
Ante un mal comportamiento o la salida de un ovacionado deportista, se ven perjudicados los tres protagonistas: el jugador, el club y el sponsor.
- El sponsor pierde porque es una exposición para su marca en una camiseta de futbol que será vista por miles de personas, se captará nuevos clientes y seguirá siendo reconocida.
- Para el club hay un tema económico porque recibe este auspicio; con ello, puede hacer su presupuesto y contar con el capital de trabajo que se necesita para estar vigente con los costos y gastos que correspondan.
- El jugador pierde credibilidad, crea un problema reputacional porque, más adelante, las marcas van a dudar antes de auspiciarlo. Muchos deportistas son contratados para hacer publicidad principalmente. Al ver que el deportista tuvo comportamientos negativos, van a analizar si les conviene o no contar con su imagen.
Sin embargo, Martínez considera que el club es quien pierde más, porque ha acelerado contratos con tantas marcas, ha realizado implementaciones, comprado vestimentas, ha gestionado campañas publicitarias, etc. A todo ello, con la salida del jugador, va a tener que darle solución u otra alternativa a cada sponsor.
Periodista. Bachiller en la Universidad San Martín de Porres con experiencia en medios digitales. Actualmente, me desempeño como Redactora Web en Gestión con gran interés en temas económicos y las finanzas.
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