En el mercado peruano, la multinacional australiana Orica, proveedora de explosivos principalmente para el sector minero, viene invirtiendo y preparando su planta ubicada en el distrito de Lurín, con el objetivo de convertirla en uno de sus cuatro “hubs de exportación global”, tal como adelantamos (Gestión 30.11.2021).
Y en esa línea, la compañía está incrementando el volumen de producción de esa planta con el fin de que, al cierre del 2023, logre exportar productos por un monto de más de US$130 millones, adelanta el gerente general de la compañía en el país, Carlos Sánchez.
“Orica va a tener cuatro plantas a nivel global que van a abastecer el mundo, y la de Lurín es una de estas. No solo abastecerá toda América, sino también a África, Asia, y otras zonas como la misma Australia (sede global de la compañía)”, destaca.
El ejecutivo detalla que la planta de Lurín se ha ido adaptando y preparando en un proceso que ha tomado dos años, y que culminará hacia fines del 2023. “Hemos crecido en inversión (en la planta) de forma importante en tecnología, maquinarias, profesionales, con el fin de ponerla en el estándar de Orica, y que pueda abastecer América y otras regiones”, detalla.
¿Qué exportarán desde su planta de Lurín? El ejecutivo resalta que actualmente en esta planta producen un rango muy amplio de productos de “alta tecnología”, entre ellos, emulsiones encarchutadas y detonadores eléctricos, y crecerán concretamente en la producción y exportación de detonadores no eléctricos.
“La planta de Lurín produce y abastece el portafolio de sistemas de iniciación (de explosivos) completo de Orica”, añade.
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¿Cómo asegura Orica el abastecimiento de nitrato de amonio en el país?
Si bien, la compañía no pudo importar durante un año el que es el principal insumo para la fabricación de explosivos desde Rusia debido de las restricciones y sanciones producto de la guerra (Rusia-Ucrania), ya ha podido retomar estos envíos y a un precio competitivo. Sin embargo, continúa buscando importar este insumo de otros mercados, teniendo en cuenta de que ven un panorama mundial complejo, que hace prever que Rusia no les podría abastecer de más del 50% del volumen de nitrato que requieren al año.
Y es que para el primer trimestre del 2023, la compañía prevé un escenario global de mayor demanda y menos oferta de nitrato de amonio, teniendo en cuenta de que Rusia seguiría complicada para exportar, a lo que se sumaría el alto costo del gas (materia prima para producir nitrato de amonio), que ha impactado en que cierren plantas de nitrato.
“Hemos asegurado la demanda con las fuentes alternas, creando mecanismos para tener varias fuentes de suministro que nos permitan tener abastecido al país” indica, tras agregar que lograron abastecerse entre febrero y junio de este año a través de fuentes alternas como Georgia en el Mar Negro; Lituania, y en algún momento lo hicieron a través de su planta de amonio ubicada en Australia.
Y ahora también a través de su “network supply” tratarán de desarrollar otras fuentes alternas en Asia, Norteamérica. “Estamos encontrando productores que cumplen con la calidad, pero estamos tratando de abrir rutas logísticas y trabajando los detalles para concretar exportaciones”, señala.
Advierte que en la medida que Rusia no pueda proveer al mercado mundial, los costos del nitrato de amonio, a nivel global, tenderán a subir en el primer trimestre del 2023.
En cuanto al desempeño del sector minero en el mercado local para el próximo año, de cuyo comportamiento y demanda dependen, para el ejecutivo será un año “regular” en la producción de las minas.
“El 2022 ha sido un año alto de nivel de producción en las minas del país en general; aún estamos aprovechando los buenos precios internacionales. El 2023 no será un año espectacular. Teniendo en cuenta de que el costo de los metales ya ha bajado un poco no será un mal año, pero no tan alto como el 2021 y el 2022″, añade.
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¿Qué nuevas tecnologías traerá Orica al país?
El gerente general de la compañía en el Perú explica que el próximo año la empresa planea hacer pruebas de introducción de dos tecnologías en el mercado: una es la 4D, que genera mayor eficiencia y productividad a las minas, al permitir que cada perforación lleve un nivel de energía “ad hoc”, escogido por la mina a nivel de diseño, para poder dar la energía exacta a lo largo de todo el taladro. Así se puede reducir hasta 43% la energía para rocas blandas y aumentarla en más del 23% para rocas duras.
Su segunda innovación es la segunda generación de su detonador electrónico sin cables, con la que se detona de manera remota. ”De esta manera se redefine la flexibilidad en que la mina puede minar y puede mover sus equipos. Se pueden dejar las mallas cargadas y listas para detonar cuando se quiera”, resalta.
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