
La inseguridad ciudadana es un problema terrible que viene calando a todo nivel en el país, restando ingresos a diferentes sectores económicos y, en el peor de los casos, dañando y propiciando pérdidas humanas. Así, uno de los negocios que está siendo directamente afectado con la ola delincuencial es aquel que opera puerta a calle y es que, un reporte realizado por la consultora Jones Lang LaSalle (JLL) en torno a este segmento, evidencia con cifras el real impacto de la crimininalidad en solo una parte de la masa empresarial.
El análisis determina que —al cierre del primer semestre— existe un inventario en Lima Metropolitana de 21,190 locales puerta a calle; ello, a lo largo de 52 corredores comerciales situados en distritos como San Isidro, Santiago de Surco, Cercado de Lima, Villa El Salvador, Comas, entre otros. De este modo, en dicho periodo se registraron nuevas ocupaciones en 117 locales, culminando los primeros seis meses del 2025 con una disponibilidad de 254 locales; es decir, el 1.2% del total del registro total.

Sin embargo, tras estos números —que demuestran un mercado de retail puerta a calle saludable, en líneas generales— destaca otra cifra que advierte de una situación que podría ir en crecimiento, especialmente, en las zonas periféricas de Lima. En la primera parte del año, más de 120 locales cerraron operaciones de manera temporal o definitiva, como consecuencia de la inseguridad ciudadana.
“Se trata de locales ubicados en 11 corredores comerciales; entre ellos, algunos de las avenidas Tupac Amarú y Perú en Lima Norte; avenida Canto Grande y Zárate, en Lima Este; avenida San Juan (San Juan de Miraflores) y avenida Revolución (Villa El Salvador), en Lima Sur, entre otros sitios”, precisó Luis Sánchez, gerente de Investigación y Consultoría de JLL.
El ejecutivo explicó que en estos casos, la mayoría de negocios del tipo emprendedor, que operaban bajo razones sociales de farmacias, salones de belleza, restaurantes y otros servicios, fueron víctimas de extorsiones o robos, lo que terminó conllevando a que dejen de alquilar estos espacios. No obstante, desde el lado de los arrendatarios también se ha reportado amedrentamientos que, finalmente, han detonado en una ligera reducción del inventario.
“En Lima Norte existen propietarios que tienen un portafolio pequeño de locales, con diferentes operaciones en cada uno de ellos; entonces, sucede que los extorsionadores también están atacando a este tipo de personas. Ante las amenazas e incluso acciones reales de violencia, ya hay arrendatarios que están dejando de alquilar sus locales”, detalló el especialista.
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El impacto monetario
Sánchez manifestó que los 120 locales que cerrarron en este primer semestre, en su mayoría, son espacios con un tamaño promedio de 100 metros cuadrados (m2) y una renta de alrededor de US$ 12 por m2, considerando que generalmente las clausuras fueron en locales de Lima Norte, Este y Sur. “Estamos hablando de una renta por local de aproximadamente US$ 1,200 mensuales (aprox. S/ 4,800 mensuales)”, añadió.
El ejecutivo sostuvo que, si bien de momento, esta situación no impacta significativamente en una mayor tasa de disponibilidad —debido al buen performance de otros corredores comerciales como los de Lima Top, Lima Moderna y Lima Centro—, sí perjudica al registro total de establecimientos, en los casos en que los propietaros dejaron de rentar definitivamente y, sobre todo, a la expansión y creación de nuevos corredores comerciales.
“En San Juan de Lurigancho, en el eje comercial de la avenida Los Jardines existe alrededor de nueve cuadras, pero todo apuntaba a que iba a crecer un par de cuadras más con la presencia de botica, restaurante y tres salones de belleza; sin embargo, hoy en día dichos comercios han cerrado”, resaltó.
A ello, agregó que por segundo año consecutivo, el promedio de renta disminuyó 1.5% respecto a similar periodo del 2024, precisamente por el impacto de la inseguridad en 11 corredores comerciales. El rango promedio de alquiler del mercado oscila entre US$ 16 y US$ 26 por m2 y las rentas mínimas la registran justamente los establecimientos ubicados en la zona norte, este y sur de Lima, así como en el Callao.
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La otra cara de la realidad
En contraparte a la realidad de Lima periferia, en el primer semestre, las zonas Lima Moderna, Lima Centro y Lima Sur mostraron un mejor desempeño de la demanda de locales puerta a calle, especialmente, en corredores como Lince, Surquillo, La Victoria, Cercado de Lima, Chorrillos y San Juan de Miraflores.
De hecho, las transacciones en renta más importantes del primer semestre mencionan a locales alquilados en corredores comerciales como Conquistadores (San Isidro), Chacarilla (Santiago de Surco), Jirón de la Unión (Cercado de Lima), Sucre (Pueblo Libre), entre otros distritos. Los demandantes fueron generalmente marcas como Tambo, Holi Supermercados, Montalvo ForMen, Mifarma Prime y demás.
“Son locales con extensiones promedio de 100 m2 y una venta para el mercado oscilante entre US$ 100 y US$ 150 por m2″, remarcó el representante.

Asimismo, el reporte de JLL destacó que el mayor dinamismo en el requirimiento de espacios impulsó al alza costo del alquiler en locales en Lima Moderna, Lima Centro y Lima Este, donde se registraron incrementos de 4.7%, 3% y 2.9% respectivamente, en relación al primer semestre del 2024. “Son importantes detonadores de la demanda el desarrollo residencial, principalmente en los corredores Jesús María, Pueblo Libre, Lince y Surquillo en Lima Moderna, así como el aumento del comercio mayorista en los corredores La Victoria y Cercado de Lima”, añadió.
La situación a futuro
Sánchez proyectó que este año, a diferencia del 2024 cuando se colocaron 300 locales puerta a calle, se ocuparán menos de 250 establecimientos, entre los diferentes corredores. “El principal problema que tiene este mercado ahora es la inseguridad ciudadana, pues el consumo interno está ocurriendo. Por ejemplo, el año pasado, en el Jirón de la Unión habían ciertas cuadras con oferta y ahora ya no están disponibles, inclusive el local dejado por Ripley en esa zona ha sido tomado por Hiper Casa. De igual manera, en Gamarra, a pesar de que los confeccionistas tienen mucha competencia con la prenda china, hay más actividad”, afirmó.
El ejecutivo resaltó que, en la medida en que las autoridades tomen medidas sobre este problema social, se podrá retomar la expansión y creación de nuevos corredores comerciales, principalmente, en Lima periferia. Mientras, en Lima Top y Lima Moderna se encuentra una mayor posibilidad de expandir los ejes comerciales o generar alguno nuevo, sujeto a la continuación de los desarrollos inmobiliarios; además, del despegue de proyectos de la talla del centro comercial Camino Real.
“Hay una oportunidad para revalorizar activos, reposicionar espacios, impulsar la innovación de desarrollos y la creación de nuevos corredores comerciales, teniendo en cuenta que en algunos ejes de Lima Top y Lima Moderna la oferta empieza a ser limitada; por ejemplo, en relación a tiendas de conveniencia y discounters que están creciendo aceleradamante y demandan cerca de 200 m2 y ubicaciones estrátegicas”, finalizó.

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Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional del Santa. Trabaja en el Diario Gestión desde noviembre del 2021. Laboró anteriormente en la Sociedad Nacional de Industrias y el diario La Industria de Chimbote.








