Las acciones de Grupo Elektra se desplomaron 71% el lunes al reanudarse su cotización tras una interrupción de meses, lo que borró US$ 5,500 millones de la fortuna del multimillonario Ricardo Salinas Pliego y lo sacó de la lista de los 500 más ricos del mundo.
Las acciones de Elektra cerraron la sesión a 274.27 pesos por título, frente al precio de 944.95 al que cotizaron por última vez en julio. La Bolsa Mexicana de Valores dijo en una presentación a primera hora del lunes que los reguladores le habían pedido que permitiera que la acción cotizara incluso si superaba los disyuntores en la subasta previa al mercado, un mecanismo que había impedido que se reanudara durante días.
La negociación se reanudó incluso cuando Elektra dijo en un comunicado antes de la apertura del mercado que tenía una orden judicial que la mantenía bloqueada, añadiendo que cualquiera que negociara con la acción podría ser considerado responsable.
“Es nuestra obligación reiterar que la reanudación de la negociación de las mismas, además de causar un daño irreparable, podría involucrar acciones obtenidas de manera indebida”, dijo el portavoz de Grupo Salinas, Luciano Pascoe, en una respuesta a preguntas.
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Suspensión de operaciones
El propio Salinas había provocado la suspensión de la cotización en julio, alegando que era víctima de un posible fraude. Sus abogados dijeron que un acreedor había utilizado las acciones de la empresa para financiar un préstamo de US$ 110 millones, y más tarde descubrieron que la mayoría de las acciones parecían haber sido vendidas, lo que hizo bajar el precio de las acciones. El resto, dicen, se lo embolsó el acreedor, que ha negado cualquier delito.
“Es importante recordar que cualquier consecuencia eventual es responsabilidad exclusiva de sus compradores y vendedores”, dijo Pascoe.
Tras un mes sin cotizar, Elektra fue expulsada del principal indicador bursátil del país. Ahora, se enfrenta a la presión de venta de los fondos negociados en bolsa gestionados por BlackRock Inc y The Vanguard Group, que necesitan deshacerse de los títulos. El volumen del lunes alcanzó su nivel más alto en siete años.
Las autoridades llevaban días intentando levantar la suspensión, pero las bajas ofertas activaron de inmediato un disyuntor del mercado diseñado para limitar la volatilidad, suspendiéndola de nuevo. Los abogados de Salinas habían defendido que no se negociaran las acciones, bajo el discurso de que dicha acción causaría “un daño irreparable a la empresa”.
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