Para Molinera del Centro (Molicentro), los “vientos fuertes” o en contra por el alza del precio del trigo y otros factores no son motivos de repliegue. Y es que, en esta coyuntura, los actores del negocio suelen salir a aprovechar el “viento” para levantar más molinos, según un dicho de la Edad Media que la referida empresa toma como impulso para la descentralización de su producción, hoy concentrada en una planta que opera casi a plena capacidad en Ate. En tanto, la firma vinculada, Panadería San Jorge, ya inicia la campaña navideña de panetones. Conozca los planes y perspectivas de estas dos compañías, en la entrevista con su gerente general, Fernando Mariátegui.
¿Cómo viene Molicentro este 2023?
La gente no llega a fin de mes con el sueldo y está cambiando su consumo. En Perú, el pan y las pastas son alimentos básicos. No son tan caros, pero sí han subido de precio porque insumos como el trigo llegaron a picos históricos (niveles más altos de últimos 30 años) por el clima, la situación en Rusia, el tipo de cambio y al alza del transporte marítimo. Los molinos de trigo en Perú tuvieron que absorber la mayor parte del aumento de costos, pero también se tuvo que trasladar al mercado.
¿La demanda se sostuvo?
El 2022 fue el primer año que la demanda de harina de trigo en Perú cayó un 10%, especialmente por lo destinado a la panificación y eso es preocupante. La harina de trigo en Peru es fortificada. Aparte de propiedades naturales se fortifica con hierro y vitaminas. Hoy, Peru tiene como problema a la anemia infantil. El 42% de los niños menores de 3 años sufre de anemia. Es una cifra enorme y peligrosísima, porque van a tener problemas durante toda su vida en el desarrollo del cerebro y de capacidad cognitiva.
¿Cuál es la expectativa del sector para el 2023?
Hasta lo que va del año, la demanda de harina de trigo solo ha caído 1 o 2%. Se está estabilizando, pero no recuperando a niveles previos de esta caída.
¿En Molicentro siguen esa misma tendencia?
Estamos manteniendo las ventas. Muchos clientes han venido a nosotros por tener precios más justos, calidad, suministro constante y diversificación en harinas panaderas e industriales. Al cierre del 2023, estaríamos incrementando nuestras ventas (en un digito), aunque la utilidad aún no se va a reponer (a niveles previos a la subida de precios) porque no podemos trasladarle al mercado estos costos altos.
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¿Han tenido que cambiar los formatos en pastas?
Puede haber empresas que sacrifican calidad para conseguir mejor margen o es una tendencia achicar el gramaje. Pero nosotros estamos convencidos de que eso no se debe hacer porque la gente compra por número de porciones, no por peso.
Entonces, ¿subieron el precio?
Estamos sacrificando márgenes antes que calidad o tamaño. El alza en el mercado ha estado por encima de la inflación, porque una tonelada de trigo estaba en US$ 250 y llegó a US$ 600.
Perú es un fuerte consumidor de trigo, pero no es productor. El consumo de trigo en Perú es dos millones de toneladas al año y la producción es alrededor de 1,500 toneladas. Los mayores productores son Rusia, China, Estados Unidos, que tiene grandes extensiones de terreno. Perú se abastece principalmente de Canadá, Estados Unidos y Argentina.
¿Todas las empresas molineras siguen activas en esa coyuntura?
Algunos molinos han decidido contraer sus operaciones, pero otros han decidido hacer nuevas inversiones. Hay un dicho muy antiguo que dice que cuando los vientos fuertes vienen, mucha gente se esconde en sus casas, pero los molineros salen a construir molinos de viento. Y es cierto. Es un sector de volumen, pero con un margen pequeño.
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Inversiones y planes de Molicentro
¿Se han contraído o han salido a hacer inversiones en Molicentro?
Nuestro grupo, que tiene a San Jorge y Molicentro, tiene 78 años en Perú. Hemos pasado de todo y siempre creemos en el país, especialmente en los momentos más difíciles. Las inversiones deberían ser anticíclicas, para que cuando el ciclo cambie uno esté mejor preparado. El sector está siendo muy temeroso y pesimista, pero hay que ser optimista.
¿Qué proyectos ejecutan ustedes?
Mejoras en productividad y calidad, incrementado la eficiencia de procesos productivos, e iniciativas para reducir el tiempo de paradas. Los molinos, por su modelo de negocio, tienen muchas paradas en el año, pero disminuyéndolas podemos aumentar nuestra capacidad en 10% a 15%, que en molinería es bastante, pero también analizamos seguir creciendo, no necesariamente en Lima.
¿En dónde planean crecer?
Queremos descentralizar, tal como lo hizo San Jorge, que creció en Trujillo y generó Galletera del Norte. Tenemos planes de crecimiento no en Lima, sino en otras provincias, con nuevos molinos.
¿Cuándo se concretarían los nuevos molinos?
Sería más hacia el 2024 o 2025. Si bien hay molinos importantes en otras provincias, no los hay en todas. En Lima debe haber más de 20 molinos de todos los tamaños. La capacidad instalada en Lima es mayor a la demanda, pero en el país no pasa eso.
Un molino necesita terrenos muy grandes, mucha energía y hay provincias que la tienen. Se están mejorando los puertos en Peru, en el sur y norte, como Salaverry, y se viene el megapuerto de Chancay, que va a cambiar mucho el modelo geográfico de las empresas.
Por la experiencia de San Jorge en Trujillo, ¿el próximo molino estaría en el norte?
Sí, sería lo lógico. Sería un molino adicional al principio, pero sí estamos convencidos de que Perú no solo debe atender la demanda interna en molinería, sino que tiene la capacidad de exportar harinas, pastas y galletas a países vecinos. Peru tiene tratados de libre comercio (TLC), costo de energía estable, mano de obra buena.
¿A qué países se podría exportar?
Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia, que son mercados naturales para Peru. Es un momento importante para descentralizar, no solo porque así se está más cerca de consumidores del Peru sino también de las fronteras. Por ejemplo, hay un molino en Tacna y su principal cliente es Bolivia, pero ¿tenemos un molino grande para Ecuador o Colombia? No, hay bastante por crecer allá y en Centroamérica, que es otro mercado que parece lejano, pero debe ser muy natural para Perú.
Entonces, ¿exportarían desde el molino en el norte?
Molicentro debe mirar no solo a Perú, sino a América Latina.
¿Qué iniciativas tienen en logística?
Estamos descentralizando almacenes. Especialmente, nos estamos preparando para el fenómeno de Niño, que podría traer obstrucciones de carreteras. Por eso estamos trabajando en la logística y almacenes.
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Líneas de producción
¿Cuáles son las líneas de producción de Molicentro?
Un molino produce harina de diferentes tipos (para pan, galletas, fideos, pasteles, preparada y sin preparar). En Molicentro, la harina representa 70% de las ventas, seguida de pastas o fideos (20%) y derivados de la harina como el afrecho, germen de trigo, salvado y otros (10%).
¿Qué iniciativas tienen en fideos?
Estamos tratando, desde punto de vista comercial, de hacer conocidos los fideos de nuestras marcas San Jorge y Galletera del Norte. Intentamos llegar a todo el país, estamos ya en todos los canales. En harinas, somos un B2B; y en pastas, la distribución la hace San Jorge como un B2C.
¿En qué zonas de Perú ven espacio para crecer?
Sobre todo, en las zonas más pobres. La sierra sur del Perú es un reto y estamos trabajando ahí, es difícil pero la demanda existe. Los mejores panaderos del Peru estan ahí.
¿Hay alguna estrategia de producto en pastas?
Es muy simple: se entrega un producto de calidad a un precio que cualquier familia pueda comprar. Se podría hacer un mejor producto, pero lo dejaría a muchas familias fuera de su alcance. Tenemos de 250 gramos hasta 5 kilos, y no jugamos con el gramaje. Hay que ser responsables, no hay que jugar achicando el paquete si se trata de un alimento base. Estamos con una estrategia de degustación en sitios cercanos al cliente.
La situación y perspectivas de San Jorge
¿Cómo viene el 2023 en San Jorge?
Es bueno, porque sus productos son asequibles y el peruano necesita eso. Las nuevas presentaciones de sabores e innovaciones nos están funcionando bien. Esperamos crecer en dos dígitos. Nos hemos centrado muchísimo en el mercado local.
¿También han mantenido los tamaños en el negocio de galletas?
Sí, inclusive, los hemos aumentado en algunos productos. Para fiestas y reuniones, se requería paquetes familiares y hemos ido con eso. No hemos achicado, sino mantenido y sacado nuevos productos para grupos grandes o semi graneles.
¿Cuál ha sido el alza de precios en galletas?
Vamos a absorber el alza de costos todo lo que podamos y trasladar algo al precio, pero no bajaremos la calidad. En San Jorge subió el costo no solo de la harina, el azúcar, la manteca y todos los grasos, empaques y casi todos los insumos. La tuvimos difícil.
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Campaña navideña
¿Cómo viene la campaña navideña?
La campaña es básicamente de panetones y viene complicadísima, porque el 2022 fue duro para todas las marcas por las paralizaciones justo en diciembre, cuando se da el 90% de la venta de panetones. Este año todas las marcas buscan recuperar terreno. Será muy bueno para el consumidor, pero para los productores será una campaña difícil porque habrá mucha competencia y oferta.
¿Ya empezó la distribución de panetones?
En canales, desde agosto y septiembre. Después se empieza a hacer un poco de bulla en octubre y en diciembre ya el peruano tiene en la mente al panetón. En San Jorge, ya estamos listos para competir.
¿Hay muchas marcas?
Sí, las marcas blancas (de autoservicios) toman fuerza y se están posicionando cada vez mejor, por buen precio y canal de distribución. A la marca líder le han salido competidores grandes. Además, todas las panaderías hacen panetones y hay fabricantes medianos. La pelea será muy fuerte.
Así, ¿en cuánto crecería la categoría?
Se espera un 10% aproximadamente, pero hay que ver aún la respuesta del consumidor.
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El negocio de agua embotellada
En tanto, ¿el agua embotellada sigue como un negocio que acompaña a las galletas?
Sí, lo tenemos tranquilo, aún no hemos hecho inversiones (en producción). Por lo pronto es con terceros y tenemos buenas ofertas. Tenemos que analizar hasta qué nivel lo queremos llevar. Tenemos la ventaja del posicionamiento de marca (San Jorge) y la distribución, pero por el momento nos hemos centrado mucho en pastas y galletas, y en agua ya veremos.
¿Se preparan para eventuales picos de demanda por el fenómeno del Niño?
En aguas no. En los demás productos sí. Las grandes marcas de agua tienen una capacidad enorme para responder con formatos grandes, de siete litros.
Por el crecimiento de San Jorge, ¿han recibido oferta de compra?
Muchos se han acercado por terceros, pero siempre la respuesta de los accionistas es que están contentos con la empresa. Es un legado familiar, de 78 años. Están ya en la tercera y cuarta generación, y quieren mantener el legado. Para una transacción, debe haber alguien que quiera comprar y otro que quiera vender. Si tienes algo y piensas que no crecerá, lo normal es vender. Pero si el público te acepta, ¿por qué vender? No hay necesidad.
HOJA DE VIDA
Nombre: Fernando Mariátegui Cáceres.
Cargo: gerente general de Molicentro y de Panadería San Jorge.
Edad: 52 años.
Nacionalidad: peruano.
Trayectoria: Más de 12 años en el sector de alimentos.
Profesión: economista.
Hobby: motociclismo.
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Bachiller en Comunicación Social (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Trabajé en radio y prensa escrita y, desde el 2013, soy redactor de la sección de Negocios del Diario Gestión.