Además de la educación, que busca la prevención de la violencia, esta empresa conjuga la inclusión económica y el empoderamiento femenino. (Foto: GEC)
Además de la educación, que busca la prevención de la violencia, esta empresa conjuga la inclusión económica y el empoderamiento femenino. (Foto: GEC)

En el programa de “La Nueva Empresa”, que se difunde los días miércoles en las redes sociales de Gestión, Lucía Salem, directora de Proyectos de Lucha, y Maria Ignacia Schwalb, líder del proyecto Karen Schwarz y experta en moda sostenible, dieron a conocer el proyecto KarenSchwarz.pe y cómo utilizan la moda como vehículo de inclusión económica y empoderamiento femenino.

La moda siempre ha sido un vehículo de expresión identidad personal y colectiva, pero además en los últimos años ha surgido un movimiento global de empoderamiento femenino a través de distintas marcas. En esta oportunidad, en “La Nueva Empresa”, el espacio de capitalismo consciente del movimiento Lucha y la marca Gestión, Salem y Schwalb dieron detalles de la iniciativa.

La violencia de género es un problema muy grande en Latinoamérica y especialmente en Perú, donde siete de cada diez mujeres sufre alguna forma de violencia de género a lo largo de su vida.

En este contexto, nace KarenSchwarz.pe en el movimiento Lucha, un proyecto que busca promover el amor propio como camino hacia el empoderamiento femenino a través de sus productos, con el fin de contribuir a la igualdad de género.

Salem expuso cómo nace la idea de la marca de Karen Schwarz a favor de la igualdad de género: “Karen Schwarz hace mucho tiempo tenía la ilusión de sacar su marca de ropa, pero ella quería que tuviera un propósito detrás, una razón para existir. A través de la relación con Lucha, Schwarz conoce a Juntas y le encantó el tema, y empezó a nacer la idea de hacer esa empresa que luche a favor de la igualdad de género”, expresó Salem.

El piloto inicial se basa en una plataforma de e-commerce de ropa interior sin costuras que dona el 10% de sus ingresos a Juntas, empresa social que se dedica a llevar Educación Sexual Integral (ESI) a niños, niñas y adolescentes de Perú.

“La ESI no es solo sexualidad, también enseña a los niños sobre el respeto y las relaciones sanas con otros y contigo mismo. La ESI ayuda a prevenir que las niñas se encuentren en situaciones de riesgo y que sepan poner límites y valorarse”, mencionó Salem.

Además de la educación, que busca la prevención de la violencia, esta empresa conjuga la inclusión económica y el empoderamiento femenino de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS) como igualdad de género, trabajo decente y reducción de desigualdades. “Tenemos un plan a futuro de contratar a mujeres que confeccionen las prendas y que vendan las prendas también. Nuestra idea es buscar talleres de producción local liderados por mujeres, y vincularnos con organizaciones que ya trabajen con mujeres en situación de riesgo para incluirlas en nuestra producción y venta”, detalló Schwalb.

Además, la empresa busca ser consciente en más allá del impacto social, buscando minimizar su impacto ambiental, sin llegar a ser excluyentes en cuanto a precios: “queremos comprar orgánico y mantenernos ‘verdes’, pero siempre considerando el precio y que todos puedan comprarlo”, comentó Schwalb.

“No solo se habla de las fibras recicladas o ecológicas, la sostenibilidad es mucho más impactante cuando empiezas por el consumidor, enseñándole que hay que comprar cosas que te vayan a durar, y que hay que cuidar la ropa, y no caer en el consumismo” agregó.