La compañía minera Minsur, subsidiaria del Grupo Breca, tiene en la mira afianzar presencia en Puno, región en la que está presente a través de la mina subterránea San Rafael, que produce el 12% de estaño del mundo. En ese sentido, presentó dos solicitudes para obtener concesiones mineras por 2,000 hectáreas (ha) en total en dicho departamento, ante el Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet).
En específico, el primer pedido apunta a una extensión de 1,000 hectáreas en un sector del distrito Antauta; y el segundo, a 1,000 hectáreas también en Antauta y Nuñoa, ambos en la provincia de Melgar.
Si bien ese tipo de solicitudes son el paso inicial para comenzar actividades hacia una futura exploración y explotación de los recursos minerales en las áreas solicitadas, Minsur precisó que su requerimiento de terrenos apunta a establecer una zona de amortiguamiento en alrededores de su actual operación, mas no expandir la zona de producción.
La empresa ya tiene experiencia en Antauta a través de la mina San Rafael, la cuarta operación de estaño más grande del mundo, que trata minerales a razón de 2,830 toneladas métricas por día y con leyes promedio de 2.65%.
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Los próximos pasos en San Rafael
En setiembre último, el CEO de Minsur, Juan Luis Kruger, adelantó a Gestión que la inversión proyectada para la mina San Rafael oscila entre US$300 millones y US$400 millones para los próximos cinco años. El capital apunta al sostenimiento y exploración.
“Hoy somos el segundo productor de estaño refinado del mundo. Queremos seguir consolidando nuestra posición de liderazgo en la industria; mientras que la inversión en exploración apunta a seguir reponiendo recursos”, comentó en marco de Perumin 36 Convención Minera.
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Además, la empresa tiene otras iniciativas para los siguientes años. En el caso de la mina polimetálica Raura, se apunta a su modernización con los estándares del Grupo Breca. “La idea es darle sostenimiento y hacer que incremente en algo su capacidad, pero principalmente es proyectarla al futuro con las nuevas tecnologías”, manifestó.
Respecto al proyecto Mina Justa Subterránea, que representa la extensión de la mina de cobre de tajo abierto Mina Justa (Ica), Kruger explicó que la iniciativa está en estudios y desarrollo de ingeniería para su ejecución en los próximos años. La actual instalación inició sus operaciones hace dos años, a través de la subsidiaria Marcobre.
“Esperaríamos entrar en producción el 2027 si todo sale bien y conseguimos que el Gobierno nos apoye con los permisos y licencias”, dijo. De acuerdo con los estudios preliminares, el proyecto demandaría una inversión inicial de entre US$400 millones y US$500 millones.
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