Mercedes-Benz AG tiene unos 2,000 millones de euros (US$ 2,200 millones) de activos en Rusia que podrían estar en riesgo si Moscú decide expropiar las propiedades de las empresas extranjeras que abandonan el país tras la invasión de Ucrania.
La firma alemana, que se encuentra entre una lista creciente de marcas occidentales prominentes que suspenderán temporalmente sus negocios en Rusia, dijo en su informe anual el viernes que la perspectiva de expropiación presentaba un riesgo para la empresa, a pesar de que el impacto general de la guerra no podría aún ser cuantificado.
El anuncio se produce un día después de que Rusia describiera las medidas propuestas para tomar el control temporal de las empresas salientes donde la propiedad extranjera supera el 25%.
Si se adopta, los tribunales rusos podrían congelar los activos, dando a las empresas la opción de restablecer las operaciones o vender su participación.
Entre los activos de Mercedes en riesgo se encuentra una fábrica en las afueras de Moscú que abrió en el 2019 con el presidente ruso, Vladímir Putin, en asistencia.
La instalación, considerada clave para acceder a lucrativos contratos gubernamentales, emplea a más de 1,000 personas y produce los modelos sedán y SUV Clase E. Equipada con robots y otra automatización de vanguardia, la fábrica puede producir 20,000 vehículos al año.
Rusia representa el 2% de las ventas de Mercedes, según una estimación de Bloomberg Intelligence. La compañía declinó hacer comentarios de inmediato.
Las filiales rusas de Mercedes también tienen obligaciones con los bancos por alrededor de 1,000 millones de euros, y la empresa dijo que ha emitido garantías para la deuda.
Las empresas alemanas han sufrido expropiaciones por parte de gobiernos extranjeros en el pasado, un factor que algunos historiadores económicos se relaciona a la falta de voluntad del país para invertir dinero de su gran superávit en cuenta corriente en el extranjero.
Después de que Estados Unidos ingresó a la Primera Guerra Mundial, su Gobierno se apoderó de las operaciones estadounidenses de la alemana Merck KGaA, que llevó a la creación de Merck & Co., ahora una compañía farmacéutica completamente independiente.