El Gamarra de Lima Norte. Ese era el concepto que tenía en mente el Grupo Wiese cuando contactó a Arellano Consultoría para desarrollar un segundo emporio comercial en esta zona de la capital. Era el inicio de un nuevo milenio y, tras una oscura etapa de conflicto armado interno, se comenzaba a vivir los primeros efectos del ‘milagro económico’. En ese entonces, Rolando Arellano fue el encargado de realizar la investigación para aterrizar la idea que la familia Wiese tenía en mente. Contrario a lo que los inversionistas-y el resto del Perú- pensaba, la periferia al norte de Lima no necesitaba una propuesta comercial como Gamarra. Al contrario, su población requería un proyecto como el Jockey Plaza.
“La familia Wiese nos llamó porque querían hacer un centro comercial tipo Gamarra, que, según ellos, era la mejor opción para esa zona, que era una zona pobre. Sin embargo, cuando nosotros le empezamos a mostrar y conversar con ellos de que había mucho más modernidad de lo que se pensaba, de que las personas de esa zona eran personas muy prósperas, que crecían y que necesitaban, además, una propuesta moderna, ellos abiertamente aceptaron”, recordó Arellano en una entrevista realizada para el canal de YouTube de Carlos Orozco.
En esa misma línea, Ana Lucía Navarro, gerente de cuentas de Arellano Consultoría Para Crecer, detalló a Gestión que la investigación de mercado que realizaron reveló que, tanto los hombres como las mujeres de la zona, tenían interés en un estilo de vida mucho más a la vanguardia.
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“Dentro del estigma que existía para las periferias de Lima, la investigación nos demostró que había mucha modernidad en cuanto al estilo de vida que tenían los ciudadanos de la zona. Es decir, necesitaban ofertas comerciales que vayan más allá que las tradicionales galerías que existían en ese entonces”, apuntó.
Un modelo peruano
Con la buena pro del Grupo Wiese, se desarrolló uno de los primeros centros comerciales de una zona periférica de Lima que abrió sus puertas en noviembre del 2002. Ubicado en el distrito de Independencia, MegaPlaza fue diseñado especialmente para adaptarse a las necesidades del público de dicha zona.
“La mayoría de las personas eran migrantes del norte del país y una de sus principales costumbres era salir a pasear y pasar el rato en las plazas de armas de sus localidades. Entonces, el centro comercial que se construye en esta zona se hace tomando en cuenta todas estas características. Por eso, MegaPlaza tiene una especie de pileta o de centro de reuniones donde hacen sus eventos, donde la gente se reúne de una u otra manera”, aseguró Navarro.
Además, a diferencia de los otros centros comerciales que había en el Perú hasta el momento, que imitaban modelos internacionales, MegaPlaza hizo que el patio de comidas fuera el centro de atención.
“En cualquier lugar del mundo, el patio de comidas está en el último piso o lejos del ingreso al centro comercial. En este caso, hicimos que el patio de comidas sea uno de los principales espacios porque la gente de Lima Norte necesitaba este tipo de espacios públicos”, añadió.
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Por su parte, José Ruidías Rojas, profesor de Pacífico Business School explicó que MegaPlaza apostó por darle un ambiente acogedor y también moderno a las familias que comenzaban a crecer en ingresos per cápita.
“A inicios de los 2000, era muy difícil encontrar bienes y servicios de valor agregado en otra ubicación cercana a Lima Norte. Una anotación relevante es, efectivamente, la forma como estructuraron su propuesta inicial con el patio de comida circular y al aire libre, lo cual estaba alineado con la forma de consumir en las ciudades de origen de las personas que comenzaban a hacer crecer esta parte de la ciudad”, refirió Ruidíaz.
Este ‘modelo peruano’ de centro comercial aterrizado y adecuado a las necesidades de la población local fue replicado luego con la expansión de propuestas en otros distritos de la periferia de Lima.
“Creo que una de las claves de éxito de MegaPlaza es la empatía que generaba entre las personas de las zonas, que encontraban algo más que un lugar para comprar. Lo que vino después fue una serie de proyectos ambiciosos tanto al norte, sur y este de Lima que replicaban esta estrategia de adaptar el diseño, la propuesta a las características, costumbres y necesidades de cada distrito o zona”, concluyó Navarro.
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Periodista curiosa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con experiencia en coberturas políticas, sociales y de economía para diversas plataformas (web, radio y televisión). Actualmente, en cubro los sectores inmobiliarios, retail, startups, tecnología, gastronomía y managment en la secciones Negocios y Estilos, del diario Gestión.
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