La virtualidad en la educación superior aún continúa; sin embargo, al igual que los colegios, las universidades también se están preparando para el retorno gradual de los alumnos a las aulas.
En línea con ello, la universidad Antonio Ruiz de Montoya – que apuesta por la semipresencialidad– iniciará a más tardar en octubre próximo la construcción de un nuevo edificio en su campus de Pueblo Libre.
“Este es un desafío importante que puede parecer paradójico ya que estamos en un tiempo de educación remota, pero somos conscientes que la semipresencialidad volverá pronto, y para ello necesitamos más espacio”, señala su rector, Rafael Fernández.
Detalla que ya están trabajando en el aplanamiento del terreno y que solo están a la espera del último permiso de uso de vías para montar el edificio. Este tendrá cinco niveles, con aulas, una cafetería en el primer piso y un campo deportivo en el último piso.
Esta ampliación, que demandará una inversión de US$ 1.5 millones y se estima culminará entre marzo y abril del próximo año, le permitirá además duplicar el número de estudiantes, pasando de 2,300 a los 4,500, aproximadamente, en diferentes turnos y horarios, comenta.
“Aunque somos una universidad sin fines de lucro esto no quiere decir que no sea solvente, y por eso todos estos cambios y ajustes que suponen inversión en tecnología, nuevos laboratorios, cámaras de video, sonidos, etc.”, sostiene.
Recuerda que este proyecto ya lo tenían contemplado ejecutar desde hace dos años atrás, pero se retrasó por su complejidad, ya que implicaba toda una transformación del espacio, y por la pandemia que los llevó a replantear su viabilidad.
Semipresencialidad
Fernández comenta que están preparándose para empezar con la educación semipresencial para finales del verano próximo, es decir para el primer semestre del 2022, priorizando los cursos que tengan laboratorio y que exijan cierto nivel de presencialidad, como el laboratorio de química.
Por eso, parte de este proceso es invertir en tecnología para dotar a todas las aulas de sistemas de cámaras, sonidos, para que los profesores puedan atender a un grupo en clase y a otro desde sus casas.
“Nuestra intención es mantener algunos cursos de manera remota, y en el futuro tal vez alguna carrera, pero eso supone un trámite de licencia aparte en Sunedu, ya que en este momento esta no exige tan fácilmente y de manera automática mantener la virtualidad”, explica.
Cambio de imagen
Asimismo, acorde a los nuevos tiempos, la casa de estudios también ha emprendido una suerte de transformación, que ha implicado la renovación de la imagen de su logotipo y volver sobre las iniciales del nombre de la universidad “UARM”, ya que durante buen tiempo se ha usado más “La Ruiz”.
Esto va acompañado también de una web renovada, mucho más moderna y amigable, asegura el rector.
La universidad, que obtuvo su licenciamiento en el 2017, también se prepara en crecer a nivel de posgrado con una maestría más y dos diplomados par el 2022. “Últimamente nos estamos abriendo a temas más comerciales, no ha sido un ámbito fácil de trabajo porque hay mucha competencia, pero eso es bueno para que mejore la propuesta académica”, acota.
A la fecha, UARM tiene 10 carreras profesionales en tres facultades, de las cuales psicología, derecho e ingeniería industrial, son las más populares y las que concentran el mayor número de alumnado. “Aspiramos a posicionar las carreras que tenemos antes que pensar en un nuevo pregrado”, enfatiza.
También manejan un centro de idiomas donde enseña básicamente inglés. “Creo que es una pieza importante de la universidad, hay que darle oxígeno al pregrado y la manera de hacerlo es a través de otras unidades de negocio como el posgrado en toda su variedad”, puntualiza Fernández.