La aerolínea Latam, la más grande de Latinoamérica, informó de que durante el tercer trimestre de este año registró una pérdida neta de US$ 691.9 millones, debido a los costos de mantención y a los gastos de la reestructuración que lleva adelante por la pandemia.
La compañía detalló en un comunicado que en el periodo obtuvo unos ingresos de US$ 1,314 millones, lo que representa un 50.7% menos que lo conseguido en igual lapso del 2019, antes de emergencia sanitaria mundial que causó el coronavirus.
El dato de ingresos, sin embargo, supone una mejora de 47.8% en comparación al segundo trimestre del 2021 y de 156.1% frente al 2020, año que la compañía concluyó con una pérdida neta de US$ 4,545.9 millones.
Por su parte, los ingresos de carga registraron un aumento de 43.6% en el tercer trimestre de este año en comparación con el mismo periodo del 2019, llegando a los US$ 361.4 millones.
Respecto de la operación, Latam alcanzó en este último trimestre un 49.7% de los niveles del 2019 (medidos en asientos por kilómetros), “impulsados por una fuerte recuperación en sus operaciones domésticas y un aumento de capacidad de 75% en comparación con el segundo trimestre del 2021″, según consignó la nota informativa.
El grupo dijo que espera cerrar el año operando sobre un 65% de capacidad consolidada, en asientos por kilómetros, frente a los niveles del 2019.
“Nuestra operación continúa recuperándose, lo que se traduce en una mejora sustancial de nuestros ingresos durante el tercer trimestre”, dijo el CEO de Latam, Roberto Alvo, según recogió el comunicado.
Por su parte, los costos totales alcanzaron los US$ 1,793 millones al cierre del período, lo que representa una caída de 25.2% en comparación con el tercer trimestre del 2019.
El costo del asiento por kilómetro sin considerar la variable combustible disminuyó 18.3% frente al segundo trimestre de este año, “a pesar de los mayores costos de mantenimiento y una recuperación más lenta de la operación internacional”, informó la empresa.
Antes de la pandemia, Latam volaba a 145 destinos en 26 países y operaba aproximadamente 1,400 vuelos diarios, transportando a más de 74 millones de pasajeros anuales.
Con la pandemia, redujo su operación hasta en un 95% y concluyó el 2020 con una caída de sus ingresos operacionales de 58.4%.
La empresa, nacida en el 2012 de la fusión entre la chilena Lan y la brasileña Tam, se acogió en mayo del año pasado al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, que permite a una empresa que no puede pagar sus deudas reestructurarse sin la presión de los acreedores.
La decisión de acogerse a la protección contra bancarrota incluyó tanto a la matriz -que cotiza en la Bolsa de Nueva York y en la de Santiago- como a sus filiales en Chile, Perú, Colombia, Ecuador, Brasil y Estados Unidos.