Las calificaciones de los depósitos en moneda local y extranjera, de largo y corto plazo, del Banco de la Nación reafirman el papel clave de este agente financiero y que está efectivamente respaldado por el Gobierno de Perú, señala el último reporte de Moody’s Investors Services.
Indica que su elevada rentabilidad se encuentra garantizada por una financiación de bajo coste, prácticamente sin exposición al riesgo de refinanciamiento.
Además, enfatiza los sólidos fundamentos financieros del banco peruano, sus bajos activos de riesgo y el elevado capital.
“La alta rentabilidad del Banco de la Nación se beneficia de un amplio margen de interés neto (NIM), bajos costos crediticios e ingresos por comisiones recurrentes”, señaló la calificadora de riesgo.
El amplio interés neto del banco le permite absorber los mayores costos operativos de su presencia a nivel nacional, su red de oficinas es mayor que la de cualquier otro banco del sistema financiero peruano.
La red de sucursales del banco le permite cumplir con su papel en el proceso de inclusión financiera al llegar a áreas desatendidas, pero conlleva altos costos operativos estructurales.
Si bien los indicadores de eficiencia del banco son más débiles que el promedio del mercado local, con costos equivalentes al 49,4% de los ingresos a junio, siguen siendo mejores que los de muchos otros bancos estatales latinoamericanos.
Sin embargo, estas fortalezas se compensan parcialmente por su falta de diversificación empresarial, la cual se limita a atender al sector público y otorgar préstamos a sus empleados.
Según Moody’s, la estructura de financiación del banco es muy concentrada, caracterizada por depósitos muy importantes de entidades gubernamentales.
En tanto, las cuentas de ahorro mantenidas por empleados del sector público representan el 39% de los depósitos de la entidad, mientras que las cuentas corrientes, principalmente depósitos soberanos y fondos del Tesoro Nacional, el 40% de los pasivos.