La Tarumba, una de las instituciones culturales más reconocidas en el Perú con 37 años de trayectoria, no ha sido ajena al impacto provocado por la pandemia de la COVID-19. Ello ha imposibilitado que puedan ofrecer shows de manera presencial, lo cual las obligó a reinventarse.
Geraldine Sakuda, directora pedagógica de La Tarumba, cuenta a Gestión.pe que a más de un año del cierre de operaciones, se han venido adaptando para encontrar nuevas formas de llegar hacia su público en la denominada nueva normalidad. Por ello, ofrecen talleres para niños, jóvenes y adultos a fin de motivarlos emocionalmente ante el difícil contexto en el cual vivimos, todo ello a través del canal digital.
“Estamos trabajando mucho en el área pedagógica. Tenemos una propuesta en la cual hemos trabajado con niños desde los dos años y medio con talleres de teatro, circo y música. El año pasado, incluso tuvimos un proyecto con la Cruz Roja, en la que junto a jóvenes y adultos en situación de vulnerabilidad desarrollamos un proyecto social. El 65% logró implementarlo”, comentó Sakuda.
En diciembre, La Tarumba ofreció un espectáculo llamado “Circonía”. Meses atrás, en julio estuvo la puesta en escena “Vital”, que fue una compilación de los mejores números realizados en la carpa. Ambos fueron presentados en el canal virtual.
“Circonía fue un espectáculo hecho para la virtualidad. Lo grabamos entre octubre y noviembre del año pasado. Nos gustó mucho la experiencia. Fue un espacio de aprendizaje, utilizamos lenguaje audiovisual y sobre todo cumplimos con los protocolos. Se grabó por partes y hubo mucho cuidado entre los artistas”, narró.
La respuesta del público fue positiva. Sin embargo, según Sakuda, no es comparable con los aforos que tenían en tiempos de prepandemia.
El Gobierno dispuso desde el 15 de marzo medidas que permiten el reinicio de actividades en cines y teatros. De acuerdo con la situación de riesgo de contagio de COVID-19, en Lima (riesgo muy alto) el aforo permitido es de hasta 20%.
No obstante, la representante de La Tarumba señala que por el momento se torna inviable reabrir sus puertas al público, porque el problema no surge por los aforos limitados, sino en la incertidumbre de iniciar una larga temporada.
“Existe el riesgo de que la situación cambie, se decreten otras disposiciones e incluso nueva cuarentena. Por tanto, hacer una inversión dentro de una producción escénica en este contexto es de muy alto riesgo, sobre todo si somos asociaciones independientes, sin un gran auspiciador. No es fácil”, detalla.
Asimismo, el aforo de las personas, tanto asistentes al espectáculo como artistas, y el tiempo de duración de la puesta en escena también limita regresar a las tablas. En una temporada de circo, La Tarumba recibía hasta 900 personas o alcanzaban el 80% de ocupación. Realizaban 10 funciones en Lima y luego salían al interior del país.
Los espectáculos de La Tarumba se preparan con un año de anticipación. La temporada concluye en setiembre y se deben tener definidas las actividades de la próxima. Los entrenamientos inician en enero, los ensayos con la puesta en escena en marzo, para que el espectáculo inicie en junio, siendo julio y agosto los meses más importantes.
Diversificándose
Ante una situación tan retadora como la actual, La Tarumba ha desarrollado una propuesta pedagógica innovadora para acompañar a los niños y niñas a través de talleres virtuales en la que puedan expresarse, mover su cuerpo y cuidar su salud emocional como física. Ello le ha permitido a la institución cultural continuar ofreciendo trabajo a 20 profesores-artistas.
“Estas actividades pedagógicas son muy importantes porque los niños están sufriendo mucho estrés emocional. Tienen pocas horas de paseo y poco movimiento físico. En los talleres pueden desarrollar su autoestima, fortalecer sus emociones y expresarse. Es un espacio importante para ellos”, indicó Sakuda.
Del mismo modo, continúan ofertando sus mascarillas hechas con fibra de cobre para niños y adultos. Modelos coloridos para manifestar arte y cultura en una situación difícil. Asimismo, están ofreciendo talleres y eventos institucionales, celebrando cumpleaños e incluso, jornadas lúdicas.
“La respuesta de nosotros como asociación cultural es diversificar. Es decir, tener distintos tipos de productos para poder enfrentar la situación que se está presentando”, señala.
Dato:
Los matrículas para los talleres de La Tarumba están abiertas. Inician el 13 de abril y para mayor información se puede visitar este enlace o escribir a esta dirección.