Durante años, LinkedIn prosperó en China con los pactos más inverosímiles, cumpliendo hábilmente con las siempre cambiantes demandas de censura de Beijing y evitando en gran medida una reacción violenta en casa.
Todo eso terminó el pasado jueves, cuando la unidad de Microsoft Corp. comenzó a retirarse del país, derrotada por regulaciones cada vez más desconcertantes que rigen los datos y el contenido.
La derrota de LinkedIn marcó la desaparición de la última gran red social estadounidense en el país, una en la que unos 52 millones de profesionales confiaban para engrasar acuerdos, conocer nuevos prospectos y forjar alianzas.
La compañía, que culpó a un entorno operativo más desafiante y mayores requisitos de cumplimiento, dijo que en su lugar ejecutará un servicio de empleos.
La decisión provocó un gran debate en línea sobre las motivaciones reales, pero la retirada de LinkedIn se debió a varios factores, no necesariamente todos políticos, dicen los observadores.
Es posible que una creciente maleza de reglas y regulaciones superpuestas simplemente haya hecho que la carga de la vigilancia y la gestión de la información en línea sea cada vez más insostenible para las empresas de Internet.
Bajo Xi Jinping, los reguladores de China han tomado medidas drásticas contra el campo de Internet que alguna vez estuvo relativamente libre, obligando a operadores extranjeros como Apple Inc. a almacenar datos con empresas locales respaldadas por el estado y desmantelando los muros digitales alrededor de plataformas como WeChat que sofocan la competencia.
Paralelamente, Beijing busca obtener un control más estricto de los tesoros de datos personales en poder de las plataformas líderes, y dice que es necesario para mejorar la seguridad nacional y garantizar la estabilidad a largo plazo de la economía digital del país.
“La decisión de la empresa de cerrar LinkedIn China destaca el entorno regulatorio cada vez más duro para las empresas de tecnología en China”, dijo Rich Bishop, director ejecutivo de AppInChina, un editor de aplicaciones internacionales en el mercado chino.
“También muestra la urgente necesidad de que las empresas internacionales en China se aseguren de que están operando en pleno cumplimiento de la ley china”, agregó.
El año pasado, Xi lanzó una amplia ofensiva contra las grandes tecnologías, centrándose en erradicar los monopolios, instando a las empresas privadas a compartir la riqueza y moldeando una generación de jóvenes productivos al frenar los juegos en línea y las tutorías adicionales para escolares.
Algunas de esas regulaciones son claras, como los edictos contra la obtención de ganancias en la educación de menores. Otras, incluidas las que apuntan a los datos, son más amorfas y están abiertas a la interpretación.
Los reguladores chinos buscan implementar reglas de gran alcance sobre los algoritmos que utilizan las empresas de tecnología para recomendar videos y otros contenidos, reclamando autoridad sobre los servicios de Internet que gobiernos como Estados Unidos han luchado por regular.
Eso afectaría directamente a empresas como ByteDance Ltd., Tencent Holdings Ltd. y LinkedIn. Las normas prohíben las prácticas que “fomenten la adicción o el alto consumo”, así como cualquier actividad que ponga en peligro la seguridad nacional o altere el orden social y económico.