A mediados de año, Industrias San Miguel (ISM) adquirió siete marcas de gaseosas de Socosani para fortalecer una de sus principales categorías, sin embargo, las divisiones de energizantes, rehidratantes y principalmente el agua han tomado protagonismo. Además, Cintya Añaños, gerente general de la compañía, sostiene que la sostenibilidad es cada vez más demandada por los consumidores.
¿Cómo le está yendo a IMS este 2022?
Es un año que, como el anterior, tiene muchos retos por los incrementos de costos. Sin embargo, es algo que la industria ha venido tratando de manejar. Nosotros estamos creciendo este año y proyectamos llegar a un 16% de crecimiento en litros y en valor más del 20%. Hemos tenido que hacer incrementos de precios, tratando de afectar lo menos posible a nuestros consumidores porque nuestra estrategia es llevar nuestros productos a todos los rincones del país y democratizar el consumo. Seguimos manteniendo precios competitivos y lo que nos importa es justamente seguir manteniendo el market share que tenemos y mejorarlo.
¿Les ha ayudado la incorporación de marcas de Socosani?
De todas maneras. Han tenido un crecimiento bastante estable y están dentro de los rangos que esperábamos que tuvieran. Las marcas que hemos adquirido en gaseosas siguen creciendo en el sur y ello nos reafirma que hemos tomado una buena decisión.
El año que viene será complicado para el bolsillo del peruano, pero eso también significa que van a mirar mucho más el precio. ¿Cuáles son sus expectativas para el 2023?
Es una oportunidad importante para nosotros y también un reto. La industria en general debe mantener la competitividad en costos, eficiencia y tener mucha agilidad en el mercado. Nosotros estamos enfocados en tratar de capitalizar la migración que puede existir porque es verdad que el consumidor está mucho más gastado. La industria viene creciendo 13% en litros, pero un porcentaje mucho más alto en valor, y eso es reflejo del incremento de precios. En el lado sur sí se ve que la industria crece solo un 2% y eso te muestra que el poder adquisitivo de nuestros consumidores se ha visto afectado. Nosotros en el sur crecemos 14%.
¿Cuál es la estrategia de cara al próximo año?
El 2023 será un año de retos, pero vemos el tema con bastante optimismo. Estamos apostando por crecer, por reforzar nuestra posición en Lima, por fortalecer las marcas que tenemos en tanto gaseosas como en agua, como son Cool y Loa, que es agua alcalina. Apostamos por estas líneas porque representan más del 80% de la venta de la categoría en la industria de bebidas. Nuestra estrategia es esa: seguir creciendo, invirtiendo y ampliando.
¿Y respecto a los costos?
También. Estamos haciendo downsizing porque creemos que es importante seguir llegando a precios más accesibles para nuestro consumidor. Por ejemplo, hemos logrado reducir los gramajes en nuestras botellas de agua y vamos a hacer, nuevamente, la botella más ligera del mercado. Esta disminución de 11 a 9.9 gramos es un gran paso porque no solo significa una mayor apuesta por el cuidado del medio ambiente, sino que también nos ayuda en términos de costos para seguir manteniéndonos a ser competitivos en el mercado. Lo importante es que el consumidor siga teniendo un producto de muy buena calidad a un precio accesible.
¿Planean incorporar más marcas y categorías?
IMS está principalmente en el norte chico y centro sur del país. También exportamos a Chile, y Lima por sí misma es un mercado gigante donde todavía tenemos muchas oportunidades muy interesantes, por lo que vamos a invertir en las marcas que ya tenemos para poder seguir creciendo en nuestro mercado. Estamos apostando por el crecimiento allí y desarrollando todas las categorías que tenemos. Por ejemplo, tenemos Aloe Kero, que tiene una buena performance, un crecimiento a un ritmo interesante, y creo que es un producto por el cual apostar. El próximo año también vamos a innovar en sabores para darle una nueva dinámica al consumidor. Estamos sacando más productos por el lado de jugos y las categorías que vienen creciendo son los energizantes, rehidratantes y principalmente el agua, las bebidas no gaseosas.
¿Creen que, como han mencionado muchos ponentes, hay espacio para tender lazos con el Gobierno?
Creo que las empresas estamos asumiendo más ese rol, pero evidentemente hay límites. Hemos tenido oportunidad de entablar relaciones para poder avanzar con, por ejemplo, el Ministerio del Ambiente, con quienes desarrollamos un compromiso serio en términos de impacto ambiental con metas específicas. Creo que estamos enfocados en lograr un desarrollo sostenible en el tiempo y ello significa un impacto importante no solo en nuestros stakeholders sino también en nuestra sociedad. Esto puede seguir creciendo siempre y cuando más empresas sean conscientes que deben asumir un rol dentro del país. La división entre provincias y ciudades nos ha llevado a una situación de polarización, pero si trabajamos en la inclusión podemos contribuir mucho en nuestro país.
¿Hay más presión por parte del consumidor para que los productos que adquiera se desarrollen de forma sostenible?
Cada vez más y eso es bueno porque, como industria, nos estamos autorregulando y haciendo cambios importantes en el tema. Hemos invertido en una pequeña línea de reciclado para reciclar botellas PET y nuestra intención es obtener resina reciclada que podamos reutilizar y desarrollar una economía circular.