Frente a un mercado global de arándanos que aún no logra recuperar los niveles de crecimiento de años anteriores, Inka’s Berries comienza a ajustar sus estrategias para sus próximas operaciones. En ese sentido, la apuesta apunta a nuevas variedades.
El presidente ejecutivo de la empresa, Carlos Gereda, refirió que la producción peruana de arándanos el 2023 terminará con 40% menos fruta que el año anterior. Por su parte, el precio ha estado entre 40% y 50% más alto que el 2023, en medio de cambios de clima por el fenómeno El Niño que han desafiado a los cultivos.
“Los que estamos en esta industria, nos hemos dado cuenta de que es importante cambiar la genética actual por una que sea resiliente al calentamiento de invierno o climas tropicales. Hoy, la meta de las compañías es buscar genéticas que sean ‘tropicalizadas’, que no tengan ningún problema en producir aún con calor, con el objetivo de obtener un producto con buena calidad”, señaló.
En ese sentido, anunció que la empresa presentará este mes dos variedades nuevas resistentes al cambio climático y que han tenido buen desempeño en climas cálidos. En detalle, se trata de las variedades Abril y Alessia. A la fecha, ya tienen 115 hectáreas plantadas de dichas variedades premium dirigida a los mercados más exigentes.
Perspectivas
Para el 2024, Gereda estimó que Perú no volverá a los niveles de producción del 2022. “Creería que estaremos en 10% o 15% menos que el 2022 al final de la campaña, pero no en 40% menos de volumen como este año”, agregó.
En términos de precios, previó que los niveles se mantendrían altos frente a años anteriores, similares con respecto al 2019 y cercanos a los US$ 8 por kilo en el cierre de temporada de 2023, reportó PortalFrutícola.
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