Las medidas de estímulo financiero y rescate económico han marcado la pauta a nivel global como herramientas de lucha contra el impacto del COVID-19. Según calcula el Fondo Monetario Internacional (FMI), se vienen destinando US$ 20 millones de millones para estos fines.
Aldo Francisco, Head de Research de Independiente SAF, refiere que esto representa casi tres meses del PBI del mundo entero, un año del PBI de Estados Unidos o unos 100 años del PBI peruano.
“Algunos economistas sostienen que una cantidad de estímulo de esa magnitud solo puede terminar generando inflación. Y en esa línea pronostican el proceso inflacionario mundial más grande de la historia”, indica Franciscolo.
“Otros piensan que, al no ser dinero destinado al consumo adicional sino mas bien a reponer lo que se dejó de generar en la pandemia, estos programas de ayuda no deberían generar más inflación de lo normal, y, en consecuencia, pronostican solo una aceleración temporal de la economía que ayudará a recobrar la senda del crecimiento”, agrega.
Inflación
Desde la gestora de fondos mutuos Independiente SAF, consideran que, a pesar de la gran cantidad de dinero que ha ingresado a las economías del mundo, este no ha generado un desborde en el gasto de las personas.
“En los países más necesitados, estos programas han servido para cubrir parcialmente la pérdida de ingresos causadas por la pandemia y así evitar una pérdida de la demanda (para que la economía no se detenga). En el caso de los países más ricos, mucho del dinero excedente del estímulo ha sido destinado a ahorros”, detalla.
Sin embargo, hay otros factores a tomar en cuenta por lo que no es posible tener conclusiones sobre el rumbo de la inflación.
“Esta es la típica variable sobre la cual todo el mundo especula y todo el mundo se equivoca. Lo más importante es estar bien preparados por si se genera más inflación de lo normal, ya que la inflación mina los resultados”, asevera Franciscolo.
Inversiones
El Head de Research de Independiente SAF sostiene que hay dos consideraciones importantes para protegerse de la inflación.
“Hay que estar invertido en una moneda estable y que mantenga su valor en el tiempo (como el dólar americano). Ésta es la mejor manera de protegernos de la inflación en el largo plazo. El rendimiento de un portafolio, en las inversiones más seguras y en la moneda más confiable, tiende a compensar y superar el efecto de la inflación en el tiempo”, indica.
De otro lado, afirma que “es necesario invertir en una buena mezcla de activos productivos (acciones), renta fija de la mejor calidad (bonos) y diversificadores (oro y bonos del tesoro). Esto nos permite capturar el crecimiento económico manteniendo suficiente estabilidad para poder tomar las mejores decisiones”, indica.
Franciscolo comenta que la compra de propiedades o invertir en un negocio propio también son estrategias válidas, que tienen riesgos distintos.
“No recomendamos concentrar todo el patrimonio en uno solo de estos riesgos. Siempre existe la posibilidad de que un negocio no vaya bien, que haya mucha volatilidad (movimiento de precios) o que un mercado ilíquido se mantenga deprimido por mucho tiempo. Nuestra recomendación es diversificar el riesgo del dinero que quieres cuidar, fuera de Perú, en el país y la moneda más estable”, afirma.