La ola de violencia surgida en Puno -que se ha cobrado la vida de 18 personas- está impactando negativamente en la imagen de esta zona del país, ahuyentado de este modo a los turistas nacionales y extranjeros que tenían planes de viaje y hospedaje para este periodo del año.
Todo empezó el último miércoles cuando, ante los anuncios de un inicio de las protestas, los viajeros empezaron a abandonar los hoteles, anticipándose a un cierre de vías o del aeropuerto que les impidiera continuar su destino. “Hoy, el 100% de hoteles en Puno están cerrados y con cero huéspedes, pues ningún establecimiento está en condiciones de poder salvaguardar la integridad de un cliente”, señaló Oswaldo Soto, presidente de la Cámara Hotelera de la región.
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Solo en Puno existen 138 instalaciones, entre hoteles y hospedajes, cuyos propietarios continúan recibiendo cancelación de reservas que alcanzan no solo la temporada de enero, sino también febrero e incluso marzo. A su vez, cada reserva pérdida implica dejar de percibir por persona, en promedio, US$ 70 por noche.
“Un 80% es turismo nacional y un 20% es turismo receptivo y ambos públicos ahora están mirando otros destinos, pues no ven conveniente ir a un lugar tan convulsionado como Puno”, agregó Soto.
En general, estimó que la pérdida para el sector hotelero es de S/ 500 mil diario y en promedio se dejan de realizar 1,200 reservas por día. Sin embargo, no son los únicos costos de este convulso escenario, pues con el arribo de turistas se dinamiza toda una cadena de proveedores y servicios que por ahora están detenidos.
“Por cada turista que deja de llegar se proyecta un gasto frustrado de US$ 200, que cubre hospedajes, transportes, tours y muchos otros servicios”, lamentó.
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Situación
Soto, quien también es el gerente general de GHL Hoteles, ex Libertador de Puno, explicó que en el caso del hotel de categoría cinco estrellas, la situación es similar a cualquier otro. “En este momento, no tenemos clientes hospedados y tampoco sabemos qué vaya pasar en los siguientes días. Se cree que el lunes nuevamente empiezan las protestas”, agregó.
Detalló que el establecimiento de 123 habitaciones, que normalmente en esta temporada tiene una ocupación del 35%, hoy trata de conservar la seguridad de sus instalaciones. “He tenido informes del arrojo de piedras, pegado de pancartas en otros hoteles, pero no pasaron a mayores”, manifestó.
Respecto a la festividad de la Virgen de la Candelaria, el representante dijo confiar en que las medidas de fuerza cesen en el corto plazo, no alcancen la etapa de fiestas del siguiente mes y se pueda recuperar un porcentaje de reservas previamente programadas.
Por el momento, a través de un comunicado, la Federación Regional del Folklore y Cultura de Puno informó que, en el marco de los preparativos para la fiesta de la Candelaria, una de las actividades que inicialmente estaba programada para este sábado quedó suspendida. La celebración, que considera las dos primeras semanas de febrero no ha sido cancelada, pero se evalúa su realización en la medida en que continúen los hechos de violencia en esta región.
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