Bajo el objetivo de sumar nuevos recursos para sacar a flote sus programas sociales, la Beneficencia de Lima espera llegar a un acuerdo con el Minsa y que la propiedad del hospital Larco Herrera les sea devuelta para que, en conjunto, y de la mano de un privado se geste la ciudad hospitalaria de salud mental más grande de América Latina.
¿Cómo ha sido este 2021 para la Beneficencia de Lima?
Tuvimos una pequeño caída que no llegó a ser como la del 2020 (caída de 30% de sus ingresos) y hoy estamos en punto de flotación que nos permite atender nuestros programas sociales propuestos, pero las necesidades siguen siendo muchas y necesitamos seguir generando mayores ingresos.
¿Cómo se avanzó con los proyectos planteados para este año?
Teníamos los patios gastronómicos que se están trabajando como el de Plaza Francia, donde ya está listo el espacio y con cuatro o cinco interesados. En próximas semanas tendremos al operador. Estamos en diálogo con marcas de primer nivel interesadas en ser las pioneras en regresar al Centro Histórico en el plan de recuperación que se está dando.
Había otro patio más…
Otro es en jirón Carabaya, con anteproyecto aprobado y en ese caso estamos terminando de consolidar a los inversionistas. Este es el momento para invertir.
También apuntaban a proyectos mixtos…
Tenemos otro gran proyecto frente al Centro Cívico, al costado del Palacio de Justicia, que se trabaja con inversionistas españoles que ya tiene el anteproyecto aprobado. Se trata del proyecto más ambicioso del centro de Lima en renovación de vivienda, con patio comercial, oferta gastronómica y galerías comerciales.
¿Cuál es su participación dentro del proyecto?
La manzana está desocupada, aquí operó hace un tiempo el terminal de Tepsa, y nuestro aporte es dar una cantidad de metros cuadrados y vamos a recibir el doble de ello con la construcción. Nosotros estamos sumándonos al proyecto como socios en una parte menor que nos sumará ingresos.
¿Y los plazos de ejecución?
El expediente ya pasó por el Ministerio de Cultura y el 2022 ya podría empezarse la parte de construcción, y en un par de años se podría tener la primera etapa lista.
Uno de los objetivos de la Beneficencia era revalorizar los predios que son ocupados como viviendas, ¿se avanzó con ello?
La legislación poco a poco ha ido mejorando, pero aún hay varios pasos que dar en esa línea, porque las leyes apoyan al precario, y contrario a lo que se piense en vez de apoyar al pobre esto refuerza la pobreza sin ninguna mejora en la condición de vida. Tenemos que trabajar juntos, el Estado, empresa privada e instituciones, para mejorar la situación de vivienda y no prolongar las condiciones indignas en las que viven.
¿Qué plantean?
Estamos trabajando proyectos de ley en esa línea, pero toda la situación política desde hace unos años no nos ha dado continuidad para impulsarlo.
¿Se concretarán los proyectos dentro de los cementerios?
Ya tenemos los anteproyectos arquitectónicos del cementerio El Ángel y de Presbítero Maestro, y las conversaciones adelantadas con grupos locales y el ofrecimiento internacional para poder financiar el inicio de esto. En 2022 tendremos el relanzamiento del Presbítero Maestro con el proyecto la Alameda del Presbítero Maestro, y en El Ángel trabajamos la expansión. Con ello queremos darle 20 años de vida a estos cementerios que hoy están copados.
¿En qué consiste la Alameda del Presbítero Maestro?
Hemos identificado dos hectáreas donde vamos a hacer un cementerio moderno, verde, con 15,000 nichos, pero además tendrá el concepto artístico, y queremos hacer convenios con Bellas Artes, UCAL o Corriente Alterna para que las esculturas de los nuevos artistas estén ahí, además del Muro de la Memoria, un homenaje a los desaparecidos por el covid-19.
Y en El Ángel, ¿en qué consiste la expansión?
Es tener otro cementerio, tomando ejemplos internacionales comenzando a trabajar en las alturas y con ello se duplicará el área que teníamos. Aquí queremos dejar 20,000 nichos. La figura será inversión extranjera y operador local. Debe estar cerrado en enero del próximo año.
¿Piensan cerrar nuevos acuerdos de apoyo?
Trabajamos de la mano de La Tinka porque a pesar de las dificultades del año pasado fueron un gran soporte y ya estamos en conversaciones de cómo incrementar los proyectos en conjunto.
Salud
¿Trabajan otros proyectos para generar nuevos recursos?
Luego de terminar un estudio completo sobre el Hogar de la Madre, que es una clínica materno-infantil de la Beneficencia, estamos pensando en una convocatoria privada para conseguir un socio estratégico y relanzarlo. Todos los grupos de salud están interesados, incluso universidades.
¿En qué fase está el proyecto?
Está terminado, y hemos contratado a una empresa especializada para que arme las bases de esta convocatoria privada. Ya tuvimos el primer recorrido con los posibles inversionistas y lo lanzaremos en las próximas semanas.
¿Qué implica el proyecto?
Son 7,000 m2 en el corazón de Miraflores límite con San Isidro, con licencia sanitaria para operar un centro de salud y parámetros municipales para poder triplicar o cuadruplicar el área, cuenta con una marca poderosa y, principalmente, existe la necesidad de tener más centros de salud.
¿Trabajan otros proyectos?
El Estado le tiene que devolver a la Beneficencia el hospital Larco Herrera, que hace 50 años que Minsa lo ocupa de manera precaria, y tiene una deuda con nosotros de S/ 800 millones. Tenemos dos procesos con el Estado ya que la propiedad es de la Beneficencia por la donación que se nos hizo hace 100 años. Lo que queremos es sentarnos a dialogar y hacer algo en conjunto.
¿En qué consistiría el proyecto?
Nuestro proyecto es hacer la ciudad hospitalaria de salud mental más grande de América Latina. Aquí debe participar el empresariado para dar el apoyo, la Beneficencia como propietario y el Estado.
Proyecto en Magdalena
Otra iniciativa que desde inicios de este año trabaja la Beneficencia de Lima es un gran proyecto en Magdalena del Mar. Se trata del Centro de Innovación Social Cultural Augusto Pérez Araníbar, que se ubicará en el espacio del mismo nombre, el puericultorio Pérez Araníbar, propiedad de la Beneficencia de Lima. “Es un proyecto muy ambicioso donde están trabajando varios gestores culturales como Vania Masías, entre otros, y la idea es tener un desarrollo con mucho mayor impacto social en los niños y jóvenes en condiciones más vulnerables, y contamos con un nutrido grupo de empresarios que nos están apoyando”, dice Guillermo Ackermann, presidente de la Beneficencia de Lima.
El proyecto ya está conceptualizado y contará con espacios de coworking y parte de oferta comercial. “Ya tenemos a las empresas que ingresarán y dentro de poco las daremos a conocer. A mediados del próximo año ya estará operativo”, dijo el ejecutivo.
Ficha técnica
Nombre:
Guillermo Ackermann Menacho
Ocupación:
Comunicación, Marketing y Gestión Social
Estudios:
Universidad ESAN
Diplomado Internacional en Comunicación Corporativa
Universidad de Piura
PDC – Programa de Dirección Comercial
INICTEL- Universidad Nacional de Ingeniería
Programa Especializado de Producción y Dirección de Televisión